Sinopsis: Los amigos del barrio y las aventuras que compartieron en la infancia son el mejor retrato de esa época en que la vida entera se presenta por delante y se siente la epopeya de saberse los sueños del mundo.
Ese es el universo que rememora Eduardo Sacheri: el fútbol en la calle y en los potreros de los suburbios, las careras en bicicleta, las guerras a piedrazos, el primer amor, la expedición a una casa abandonada, los petardos de Navidad y hasta el mejor gol de su vida.
Aunque no se sabe con precisión dónde terminan los hechos reales y dónde empieza la fantasía, esta nueva edición de Los dueños del mundo -que incluye un cuento inédito- narra historias de carne y hueso. Aquellas en las que cada juego es un aprendizaje esencial: el de la lealtad, de la alegría compartida, de la audacia y de la imaginación.

Reseña: Los dueños del mundo ya tuvo su primera versión en 2012 pero al parecer, Eduardo Sacheri tenía más historias que contar sobre él y sus amigos de infancia, es por esto que sacó esta nueva edición, donde nos cuenta mucho más de este grupo de niños que hicieron de su infancia lo mejor que puede tener.537285_phixr

18 historias distintas, cortas y precisas, que nos muestran cómo fue la infancia de este destacado escritor, aunque puede parecer algo muy banal, para él este espacio es algo muy importante, son años que recuerda como los mejores de su vida, gracias a ellos ha logrado ser la persona que es y, aunque ya ni vea a los que eran sus mejores amigos en esa época, los recuerda con un cariño demasiado especial. Yo creo que todos tenemos a personas que extrañamos de una manera muy nostálgica, casi siempre son amigos que tuvimos en nuestro barrio o en nuestro colegio, porque fueron los primeros que nos enseñaron la magia de la amistad, nos mostraron lo lindo de compartir la vida con otras personas y sobre todo en la infancia, cuando la inocencia reina dentro de nosotros y solo hay cariño para entregarles a esos que eran nuestros primeros y fieles amigos.

Sacheri comienza con un prólogo, aquí nos cuenta que los hechos suceden en los años que siguieron del Mundial de Fútbol de 1978, él era un niño y tenía un grupo de amigos donde todos eran vecinos. Nos dice que el libro habla de la verdad, de su vida, pero que realmente nadie puede saber, ni él mismo, donde comienza la ficción y qué tan ciertos son los recuerdos que él tiene. Una frase de la primera página describe muy bien esto:

«Nuestros recuerdos siempre son un invento, una ficción, un relato que nos hacemos a nosotros mismos. Nuestros recuerdos son un cuento que nos contamos. Y en los cuentos la realidad tiene, sí o sí, que abandonar sus certezas y sus exactitudes.»

Esta frase me encantó porque muy ciertamente, nadie puede asegurar que todo lo que recordamos es verdad y en este caso, mucho menos el autor del libro, que en su vida se dedica a inventar historias que muchas veces están inspiradas en su propia vida. Todo se va mezclando dentro de nuestras cabezas y ya nunca podremos segurar que nuestros recuerdos son ciertos pero si sabemos que la mayor parte de ellos lo son y tratamos de recordarlos constantemente para que no se vayan. La verdad es que el prólogo tiene mucha nostalgia en sus palabras, él ya ni habla con sus amigos pero dentro de su corazón desea que este libro caiga en manos de todos ellos y que vean cuánto significó cada uno de ellos y cada una de sus experiencias en su vida. 

Así comienza «Los dueños del mundo», así como el título lo dice es como se sentía él con sus amigos, nada era imposible entre ellos porque eran capaces de cualquier cosa estando juntos. Cada aventura que cuenta es muy concisa pero logra el objetivo de contarte esa anécdota en particular y puedas comprender por qué es tan importante para él. Las canchas improvisadas donde sea, las peleas con otros niños por los terrenos dignos de una cancha o mejor dicho, de un «campito». Su primer gol, las mentiras a sus madres en masa, la ida a lugares prohibidos e incluso sus primeros sentimientos hacia una niña, son algunas de las anécdotas que podremos descubrir en este libro.

Si eres seguidor de Eduardo Sacheri, este libro te encantará porque vas descubriendo mucho sobre su vida antes de ser quien es ahora, así mismo te das cuenta cómo logro llegar donde está en este momento y por sobre todo, nos damos cuenta de donde viene ese gran amor al fútbol que ya todos conocemos de él. Su infancia no fue fácil, tuvo un problema que lo pudo haber dejado por siempre mal pero gracias a todo lo que vivió pudo sobrepasar cualquier barrera de tristeza.

No les quiero contar mucho más porque este es un viaje que deben realizar, un libro que deben conocer porque estas historias que parecen tan simples, tienen mucho más que eso, es un sentimiento puro, es nostalgia, es el deseo de volver a ser pequeño y vivir por siempre esa felicidad que te brindan esos amigos que son más reales que cualquier otro que conozcas en tu vida.

Eduardo Sacheri nos abre una parte de su vida, lo más sinceramente que puede, y yo los invito a conocerlo en esta hermosa faceta que es la niñez, el único momento en nuestras vidas donde podemos ser felices sin importar nada más.

«Así como una persona no dice las cosas porque sí, los escritores tampoco escribimos porque sí. Tenemos motivos. Razones para hacerlo. Escribir este libro fue, para mí, una manera de recordar mi propia infancia. Y de recordar a los que fueron mis amigos.»

Le pongo 3.5 estrellas.

 

 

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