Alfonso Cuarón lo hace de nuevo. Si. Así, sin mucha objetividad ni precauciones es que presentamos el último trabajo del director mexicano detrás de “Harry Potter y el Prisionero de Azkaban” y la poderosísima “Children of Men”. Porque Cuarón se ha convertido de un tiempo a esta parte en algo difícil de encontrar estos días en la cartelera: sinónimo de un estilo, y sinónimo de buen Cine. Después de tomarse su tiempo (casi 7 años) finalmente golpea con “Gravity”, una suerte de survival film (subgénero donde el protagonista debe sobrevivir a toda costa una catástrofe natural u humana) colocado en la orbita misma de la Tierra. ¿Valió la pena esperarlo? Aquí decimos “si, señor”.
Para este comentarista, la firma de un gran cineasta es el conocimiento profundo del lenguaje de su oficio. Entender, como lo entendía Kubrick o Hitchcock, el peso de la presencia o ausencia de un corte, la fuerza de la escala de planos, los recovecos de recursos que se esconden detrás del montaje, del diseño sonoro, del Cine como abecedario. Alfonso Cuarón no ha sido el más prolífico de su generación, pero ya ha demostrado sus credenciales, su sello y su manejo de estos códigos por lejos. Va en el segundo acto de su carrera, en el desarrollo que lo llevará a la consagración; una curva donde “Gravedad” es un escalafón decisivo. Junto a su hijo Jonás cranearon una historia sencilla pero efectiva: dos astronautas en una misión de rutina (George Clooney y Sandra Bullock) quedan incomunicados y a la deriva, luchando por un encontrar una forma de regresar a la Tierra. De esa simple premisa, Cuarón cosecha sus terrores. No de intrincados giros de trama, sino del Cine mismo: utilizando extensos y vertiginosos planos-secuencia, vistas subjetivas, enormes planos panorámicos y un diseño sonoro audaz, experimentando sobre los silencios y vacíos del espacio, Cuarón construye una aventura angustiante, aceleradora, atrapante y francamente alucinante en todo lo que a imagen y sonidos se refiere. De la mano de impecables efectos especiales, Cuarón logra una tarea titánica: retratar la fría, solitaria, silente infinidad del espacio como pocas veces se ha hecho en el Cine, cautivando incluso a uno de los amos del género, James Cameron, que declaró haber visto “la mejor película espacial jamás hecha”. Ver “Gravity” es más vivir la experiencia que seguir la trama, es abrir bien los ojos y parar las orejas. El director exprime a la dupla protagónica al máximo, sacando el rango de emociones más extenso posible de ambas estrellas. Quizás aquí está mi “pero” con “Gravity”: el reparto. Bullock y Clooney (dos opciones menos que obvias, arriesgadas) se lucen y cargan sobre sus hombros toda la carga dramática de la cinta… Cumplen y dan lo mejor de sí, pero no pude dejar de preguntarme si todo podría haber sido aún mejor con un casting más alejado de tamaños nombres de marquesina, especialmente el de Sandra Bullock (que ha demostrado sus credenciales como actriz pero está lejos de ser la mejor para el rol). Estas pequeñas mellas, más algunos baches en un guión que es mayoritariamente vértigo y emoción puros, son las pocas objeciones que se pueden encontrar en una cinta mayoritariamente, y a falta de un mejor adjetivo, impecable. Nada más que pequeñas basuras espaciales en un universo de aciertos que debe (repito: debe) disfrutarse en una sala de cine gigantesca, y (recomendado como pocas veces) en flamante 3D.
“Gravedad”, ya en cartelera en cines de todo el país. Gózala, cuéntanos que te pareció y recuerda nuestro consejo: hay que ser su propio crítico.
Inti Carrizo-Ortiz.
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