Hay series que, por mucho que queramos consumirlas en el mismo momento, hay que saber esperar, porque, hacen que las temporadas valgan la pena. Y pasaron entonces dos años para que llegara la nueva temporada de The Crown, completamente renovada con un elenco elegido con pinzas y desde ya les digo: valió la pena.

En esta ocasión avanzamos hacia 1964 y nos reencontramos con la Reina Isabel II (interpretada de manera exquisita por Olivia Colman, si hasta parece que esa mujer nació para tener una corona de manera permanente en su cabeza) y, como sabemos, en ese año además de que The Beatles alcanza  las cuatro primeras casillas del hit parade estadounidense. La Beatlemanía se manifestó en forma en febrero con la llegada de I want to hold your hand al primer puesto.

Paralelamente a esto, Inglaterra se sumía en una crisis económica, pero la vida debe seguir y por lo tanto se realizan las elecciones de primer ministro y se elige a un laborista, Harold Wilson, un socialista que no está interesado por la corona y dicen las malas lenguas que está relacionado con la KGB y la URSS. Por supuesto, la relación que ella posee ahora con el Primer ministro no es la misma, pero sin embargo, han pasado los años, y si acaso, la reina a sus 40, se ve cada vez más empoderada y confiada en sí misma.

Como dije, es Olivia Colman la elegida quien se impone desde el minuto uno con una presencia tan imponente, majestuosa e impresionante que nuevamente repito: pareciera que nació con una corona en su cabeza. Pero es también una Isabel II es una mujer que está más endurecida por el tiempo, y que no necesita decirlo con palabras, basta una mirada y su carisma natural para que no olvidemos quien es ella.

Por supuesto, el resto del elenco es bastante notable. Tenemos también a Tobias Menzies (Outlander, Game of Thrones) que en la primera parte de la temporada, aparece de una manera casi testimonial, y al paso que vamos con la temporada se van revelando ciertos secretos mucho más complejos de este personaje.

Esta nueva etapa puede que tenga a una reina más empoderada, pero eso no quiere decir que todo sea más sencilla, (más bien todo lo contrario) y en momentos me dio la impresión de que hacían muchos momentos muy melodramáticos, sobre todo y considerando, como sabemos que terminan las cosas, como es el caso de la joven Diana de Gales.

Hay otros hitos interesantes que se abordan, como la devaluación de la libra, la muerte del ex rey en el exilio Eduardo VIII o el auge del joven príncipe Carlos, que este año ocupa un lugar mucho más importante y sí, vemos por dentro, el comienzo de este trágico romance entre Carlos y Camila, que sabemos que pese a que ha tenido un buen final (están juntos) su historia fue compleja, y por sobre todo, hay muchas mentiras y traiciones de por medio.

Peter Morgan se vuelve a lucir con una temporada que en esta ocasión, no es solo una clase de historia de lo que pasa en el palacio real por dentro, sino también es un vistazo a ver a estos personajes en una faceta mucho más real. También le da el perfecto pie para que actores de la talla de Helena Bonham-Carter y Charles Dance se luzcan y eso se agradece, no por nada, esta serie es literalmente, la joya de la corona de Netflix.

 

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