La cinta original de Angry Birds, tubo un tibio debut para la crítica en su momento hace tres años, pero la taquilla la respaldó de tal forma que se ganó tener una secuela. Si bien su debut posee débiles recursos en la historia para muchos críticos, la cinta cumplió con entretener y logró un considerable grupo de fans. De hecho creo que su historia sin tanta complejidad es lo que hizo que fuera exitosa, aprovechando la popularidad de su videojuego de origen. Logrando un humor blanco y  dejando un mensaje bonito, la posesionó como un entretenido panorama familiar.

Hoy nos enfrentamos a un escenario diferente. Tengo que reconocer que cuando se anunció esta secuela, me sorprendí pues tampoco pude pensar una forma de dar una nueva vuelta de tuerca en la historia. Imaginen mi sorpresa entonces al leer la crítica de los primeros en ver la cinta. Ha llegado a ser catalogada como uno de los mejores films de adaptación al cine de videojuegos, un no despreciable reconocimiento que la pone por sobre Detective Pikachu, su competidor más cercano en el tiempo. Sin embargo, su taquilla ha estado un poco más lenta que su película predecesora, lo que en ese sentido puede cambiar al no haberse estrenado aún en diferentes mercados del mundo, algunos donde el éxito de la primera versión fue considerable.

Tal vez en el caso norteamericano, hay un factor importante dentro de la popularidad del videojuego de origen que ha disminuido en los últimos años. Pero creo que aún es muy pronto para hablar de la tendencia que desarrollará el film en ese aspecto.

En esta ocasión la apuesta vuelve a ser sencilla y sin grandes pretensiones. Una amenaza terrible obliga a cerdos y pájaros a unirse contra un fin común. Dentro de dicho concepto, los creadores plantean una estética que se mezcla ocurrentemente con elementos del juego. En una historia que no se toma muy enserio y se ríe de sí misma, concepto que me parece interesante de explorar, en un cine actual donde las ideas nuevas están escasas y la gran mayoría de las ofertas de películas, recurre a refritos de historias que en algunos casos ya están archi contadas. Entonces, pese a ser una segunda parte, me parece interesante dar una oportunidad a la historia que se sale un poco del patrón actual, que sólo busca entretener y dar un respiro a las familias que buscan una actividad entretenida para compartir y salir de la rutina.

Dirigida por Thurop Van Orman y John Rice ambos conocidos por trabajos en producciones animadas con gran popularidad en el público como Hora de la Aventura y Los Simpson respectivamente, promete un entretenido panorama con mucho humor en forma de situaciones, gags y chiste rápido de la mano de experimentados en la materia. Con un guión de Peter Ackerman, cabeza a cargo de las cintas de La Era del Hielo, la trama promete en ir en esa misma línea para un público infantil, con un toque justo para que los adultos tampoco se aburran.

Los dejo invitados a participar del concurso que tenemos para entradas a la premier en esta película, que promete lograr sacar más de una sonrisa a su espectador.

 

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