«Los humanos jamás tendrán suficiente»
Esta revisión incluye detalles de la historia y comprende del número 03 y 04 de Atomika.
El dios sigue tomando posesión del mundo; se sabe todopoderoso, y algo en su interior lo impulsa a mantener ese estatus ante otros. Debe ser amado, venerado, y si es necesario, también debe ser temido.
La historia
Esta vez nos trasladamos a un sitio que no habíamos visto, pero que es fundamental en el desarrollo inicial de esta historia; antes de la existencia de Atomika, se condenó a los criminales a trabajar, y encadenados bajo tierra. Fueron el músculo que construyó maquinarias. Deberían solo trabajar, pero su aislamiento ha hecho que no den por cierto al nuevo dios.
Atomika llega a Morosko para seguir en conocimiento del mundo que es de su propiedad desde su ascensión. El dios del mismo nombre exige su ayuda, pero Atomika persiste en dominar y usa su gran poder para eliminarlo; otros dioses y ángeles llegan ante él después, y sufren el mismo destino.
El tiempo pasa y Atomika se pregunta por qué Arohnir se mantiene tan impasible, tan contento ante su poder; sabe que el que oficia de representante con la humanidad está en su contra, por lo que la pregunta surge de forma natural ¿Está en lo correcto?
También se pregunta otras cosas, como el funcionamiento mental y la idiosincrasia humana; él lo fue, pero ha perdido la capacidad de entender estos asuntos y le son ajenos.
Pero no hay mucho tiempo para pensar y el dios se enfrenta muy pronto a Pripet, un dios de naturaleza y raíces; Atomika no le teme, lo arranca de su conexión con la tierra y tras arrojarlo al espacio se da por vencedor. Se sabe el único dios y que como tal, debe ser amado por haber traído sentido y propósito a la vida de los humanos; sin embargo, las dudas persisten en su interior, y a pesar de ser un dios, no tiene respuestas para las preguntas que se ha planteado.
Lo que tampoco tiene es espacio para descubrir que Arohnir es quien ha estado detrás de los últimos enfrentamientos, y que está dispuesto a todo para librase de él.
En esta ocasión estamos frente a dos números en donde el énfasis está en los contrastes y la paleta de color; dado que hay deidades involucradas y lugares específicos, es muy importante determinar cada identidad a través de sus colores. Hay blancos y celestes en uno de los casos, y una bellísima gama de verdes en el otro, y todo esto contrastando con el gris metálico y los detalles rojos de Atomika. Nunca deja de impresionarme el nivel de detalle en las construcciones, así como la vastedad de las viñetas en donde hay enfrentamientos entre dioses; la perspectiva y el manejo de luces y sombras permite entender lo grandes y poderosos que son estos seres.
También quiero hacer un espacio para hablar de las proporciones físicas; en un principio puede parecer que hay una inconsistencia, pero a medida de conocer la historia, se entiende que este cuerpo físico es una manifestación relativa de la esencia de este dios, y como tal puede modificarse a voluntad. En algunas ocasiones lo vemos como un hombre de musculatura perfecta y desnudo, en otras es gigante, o sus miembros crecen y se hinchan a dimensiones increíbles; también puede ser que sus genitales sean visibles o no, o que la bandera con la hoz y el martillo aparezca a su alrededor flotando o en sus manos. Esa fluidez ayuda a entender mejor la naturaleza del personaje, y a la vez es siempre reconocible para el lector.
Recuerda que estoy disponible para preguntas y comentarios, y como siempre, compartir y dar Me gusta ayuda a seguir creando contenido como este para la sección.
En la próxima revisión un dios primigenio dará una importante lección, y habrá una sorpresa que puede cambiar todo para nuestro protagonista.
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