“Viajé, amé, perdí, confié y me traicionaron”

Esa es la premisa  que ofrece la contraportada de la primera parte de la saga Crónica del asesino de reyes de Patrick Rothfuss.  Un relato que se enmarca dentro de la narrativa fantástica, pero que utiliza, en gran medida, un enfoque realista y muy humano para narrar las aventuras (y desventuras) de su protagonista, el legendario héroe Kvothe.

ElNombredelVientoA grandes rasgos la novela va así: dentro de un mundo creado por Rothfuss -con todos los aires medievalistas que caracterizan los paisajes fantásticos –  aparece Cronista, un personaje que recopila  relatos, y que en esta ocasión busca conocer la verdadera historia de Kvothe.  Un hombre del que dicen es un ladrón, un héroe, un asesino, un músico brillante, un poderoso hechicero… y aún así quedan muchos apelativos en el tintero. Las hazañas de este misterioso personaje son conocidas por todo el mundo, pero lo cierto es que nadie sabe qué ha pasado con él.

Sin embargo, Cronista se ha enterado que Kvothe no es nada menos que el dueño de una humilde posada llamada Roca de Guía.  Así llega al lugar, esperando encontrar un héroe, pero en su lugar descubriendo a un simple posadero que se hace llamar Kote. Pese a ello Cronista logra obtener la verdad: aquel hombre que atiende a los huéspedes es el mítico Kvothe, y  está dispuesto a contar la verdad de las hazañas que giran en torno a su imagen.

El nombre del viento es el primero de los tres días que Kvothe tardará en contar su historia. En este primer relato conoceremos su niñez como artista itinerante, como aprendiz de un arcanista, sus difíciles días viviendo en las calles, su llegada a la universidad… Todo ello con incontables dificultades que van configurando su historia, además de los diversos personajes que van integrándose al relato. Entre ellos la presencia de una misteriosa mujer.

Entre los comentarios que leí antes de comenzar esta novela estaba uno, incluido en la contraportada, que se refería a ella como  “una celebración del gusto de contar historias”. Y creo que es la premisa más adecuada para definirla. El nombre del viento es precisamente una historia cuyo deleite está en integrarse de muchos relatos, de pequeños trozos de vida que van construyendo la verdad del protagonista.  No es una novela cargada de adrenalina, en la cual podamos armar una curva dramática para ordenar las acciones del personaje. Sino que cada momento de su vida que se nos revela tiene sus particulares dramas y victorias, y con ello a cada página vamos comprendiendo un poco más del misterioso héroe.

Kvothe es en sí un personaje muy atractivo. Desde temprana edad descubrimos que es brillante, en todo sentido: con una capacidad de aprendizaje notable, con dotes de músico, con habilidades como arcanista… entre muchas otras. Y aunque creí que tanta “perfección” podría resultar molesta y hacer tediosa la lectura, lo cierto es que el autor prontamente va sumando grandes dificultades en la historia de su protagonista, con lo cual uno fácilmente empatiza con él, y agradece las victorias que va sumando su camino.

Crónica del asesino de reyes tendrá en total tres partes. La tercera aún sin publicar. El motor de esta serie de novelas es en gran medida una tragedia que acontece a comienzos de la vida de Kvothe (de la cual no daré mayores detalles) y que será el objetivo del protagonista a lo largo de su historia. Sin embargo, como ya mencioné, es un relato integrado por muchas historias, asociadas a las distintas etapas que va enfrentando, por ende, su mayor valor no recae tanto en que logre su objetivo, sino más bien en ir descubriendo como este personaje va construyendo una vida que se hará leyenda.

Una novela con componentes fantásticos, cargada de emociones y vivencias muy humanas, con una prosa sencilla, y un ritmo pausado, pero no por ello menos interesante. Recomendada, es un relato que se torna en una grata compañía.

 

Francisca Tapia.-

“El ignorante afirma, el sabio duda y reflexiona” Aristóteles

Comenta con Nosotros