“Lleve de lo bueno”
En esta ocasión quiero llevarlos en un viaje por distintos sabores y texturas que muchos conocimos en esos frenéticos recreos infestados de niños comportándose como pirañas alrededor del kiosco.
Partamos por el Milkibar: esta barra de chocolate blando de Nestlé era una gran alternativa para los amantes del chocolate blanco, que siempre están buscando opciones.
Pero no todos tenían para un Milkibar ¿No es así? Pues para algo que siempre había era para los manjares en sachet, que costaban como veinte pesos; era muy dulce y estoy seguro de que muchos hicieron un sándwich con tabletones y manjar.
Los primeros Nachos fueron de Barcel, y llegaron a quebrar la dualidad papas/ramitas para los fans de salado; con el tiempo, todas las marcas sacarían productos similares y con multitud de sabores. Incluso nació una especie de rivalidad entre los fanáticos de las papas y los de los nachos.
El Oba oba de Dos en uno es un clásico incombustible; una sencilla barra de marshmallow cubierta de chocolate fue y es una delicia para muchos y un escape dulce que siempre viene bien.
Casi tomándose de este éxito, Calaf inventó los Ricolate, una deliciosa barrita de coco bañada en chocolate, con un precio muy accesible, así que podías comprar varios.
Krapulito era un sachet en donde venía numerosos crocantes diminutos cubiertos con chocolate; esta sencilla propuesta y un nombre imposible de olvidar hicieron que subsistieran hasta el presente.
Tigretón era una simple paleta masticable de plátano y chocolate; costaba como veinte pesos a principios de los noventa y era muy rica, convirtiéndose en una opción para quienes no gustaban tanto de los caramelos en paleta.
Las Grill fueron una de las más famosas adiciones saladas de finales de los ochenta y principios de los noventa; en un cómodo envase individual podías disfrutar de galletas saladas con ese toque crocante tan apreciado. Luego surgieron variedades como queso y salame, y muchas más.
Todas estas opciones tienen en común que existen hasta el presente o han regresado con versiones renovadas; la nostalgia ha servido en este caso para mantener estos ricos productos a lo largo del tiempo.
Hasta aquí esta nueva revisión de recuerdos de kiosco; con este variado termina esta temporada, ya que tengo que recopilar recuerdos e imágenes para otras entregas.
Pero esta sección no termina, solo se toma un descanso, y da paso a una sección hermana, en donde podremos recordar juguetes del pasado y también hacer una breve comparativa con el presente.
Porque como siempre digo, recordar es volver a vivir.
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