- Nombre: Karigurashi no Arrieti / Arriety y el mundo de los diminutos
- Director: Hiromasa Yonebayashi
- Música: Cécile Corbel
- Guionistas: Hayao Miyazaki y Keiko Miwa (Basado en la novela de Mary Norton)
- Producción: Studio Ghibli / Dentsu Inc / Hakuhodo DY Media Partners / Nippon TV / Toho. Productor: Hayao Miyazaki
- Género: Animación, fantástico, drama, familiar
Sinópsis: En una casita oculta bajo las tablas del suelo de una mansión campestre, vive una familia de seres diminutos, de apenas 10 cm. de altura, que tienen la norma de no dejarse ver nunca por los seres humanos; sin embargo, su tranquila existencia cambia cuando Arrietty, una audaz adolescente, es vista accidentalmente por un niño que se acaba de establecer en la casa debido a su delicada salud. Al tiempo que entre ambos surge una gran amistad, la existencia de los diminutos seres se verá peligrosamente amenazada. Adaptación del cuento infantil «The Borrowers», escrito por Mary Norton y ambientado en el Tokio contemporáneo.
Cuando entramos a una película de Ghibli, sabemos bien a lo que vamos. Sabemos que Ghibli nos querrá sentar y contarnos una historia como si fuese una fábula, y que se nota que es algo que nace desde las entrañas de este estudio que hace que las esperas entre película y película valgan la pena. La película si bien se estrenó en Japón por el año 2010, de alguna manera, viendo el mensaje y como lo presenta, pareciera que fue pensado para hoy. ¿Acaso es posible eso Kobato? Se preguntarán, y ya veremos a lo largo de esta reseña.
En este caso, la película que se basa en una serie de cuentos escritos por la británica Mary Norton, Los Incursores que narra la historia de unos seres minúsculos que viven ocultos en las casas de los humanos y que toman prestado de ellos lo que necesitan para sobrevivir. En el caso de la novela, transcurre en la Inglaterra de los años 50, y en esta película en el Japón actual pero a las afueras de la ajetreada ciudad de Tokyo.
Arriety es una adolescente de la raza de los diminutos, unos seres casi mágicos que toman salen a explorar el mundo de la casa grande donde viven y toman prestado algo que sea de necesidad para ellos, justamente para poder vivir. A la casa grande llega Sho, un niño de ciudad que ha ido a descansar unos días en esa vivienda, a modo casi de retiro, porque está a unos días de algo importante, y podemos notar que si está ahí es por una cosa de rutina sin tener una razón oficial por la cual vivir.
Por supuesto, la historia llevará a que Sho y Arriety crucen sus caminos en algo que puede ser hermoso, pero a la vez peligroso, ya que, como ser diminuto que es la muchacha, corre peligro con los seres humanos, ya que se les ve como entes de destrucción. Sabemos bien el porqué de esto. Y cobra esto más importancia cuando es el turno de Arriety de pasar por su prueba de fuego: tomar prestado algo de la gran casa ante el inminente peligro de que el nuevo recién llegado la descubra.
Una de las cosas que uno más le aplaude a Ghibli es la reivindicación que hace de la belleza como transmisora de valores, porque a lo largo de toda la película se ve todo bello, incluso la maldad del ser humano se ve bien, se muestran paisajes floridos y exhuberantes que contrastan con los sentimientos de Arriety y Sho quienes son los que más crecen a lo largo de la cinta.
Por otro lado sabemos bien que Ghibli es un experto en otorgar al dibujo la capacidad de transmitir un discurso que supera lo plástico. Durante toda la película se nota que fue un proceso artesanal, que alguien dibujó y no un computador, y eso es lo que hace que se sienta tan pura. Por otro lado, el uso de la perspectiva para que veamos el mundo como lo ven los diminutos, es sin duda bien creativo. Como la mayoría de las películas de Ghibli, emociona con delicadeza y sin olvidar esa maravillosa atmósfera nostálgica, que está enmarcada, por la excelente música a cargo de la cantante francesa Cécile Corbel.
Como toda heroína de Miyazaki, Arriety es curiosa, llena de energía, atrevida e intrépida, pero a la vez, llena de impotencia de no poder explorar el mundo como ella quisiera, un mundo tan grande que esconde más de un secreto a la vuelta de la esquina.
El contraste para ella es Sho, un muchacho enfermo del corazón, que ve los días pasar sin ganas de nada y que posteriormente es la esperanza, ya que es él, un niño, el guardián del secreto y la esperanza de reconciliación de los mundos, en que llama al equilibrio, siendo una metáfora de el ser humano reconciliado con la naturaleza y protector de ella.
Y es que esa es la moraleja de la película, eso es lo que vio Miyazaki y buscó decirlo desde el 2010: nuestra responsabilidad de seres humanos con la naturaleza no es de seres superiores, sino de nexos conectores, porque si no somos cuidadosos, estos seres pueden desaparecer.
Lo otro es el mensaje de amistad que muestra en los personajes de Arriety y Sho: ambos se cambian mutuamente, y ambos reescriben la historia del otro, porque a pesar del tiempo, saben que en el otro conocieron a alguien único y especial, y eso será para siempre.
La película estará disponible por estreno limitado desde el 8 hasta el 12 de septiembre, y los invito a verla porque es una hermosa historia de dos personas que te mostrarán una hermosa amistad que al terminar la película te deja con esa sensación cálida en el pecho de que viste algo hermoso, y hará que al pasar por un jardín o un parque, te preguntes que secretos te guarda la naturaleza.
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