BloodBorne, es una continuación espiritual de la saga Dark Souls. Creado por las mismas personas en la empresa “From Software”. Por esta razón es que se pueden esperar muchas similitudes entre Bloodborne y Dark Souls. Pero, ¿qué tantas similitudes comparten? ¿Qué podemos esperar de este nuevo Título?
BloodBorne llega exclusivamente para la consola PlayStation 4, es un juego lleno de ambientación y criaturas extrañas. Al igual que en los títulos previos de «From Software», cada paso puede ser crucial, un escalón hacia la muerte. Sin embargo, entrando de lleno en las diferencias con la serie Dark Souls, la ambientación de BloodBorne es impecable. Al comenzar el juego nos encontraremos recorriendo los pasillos de Yharnam, una ciudad con ambientación gótica y obscura, cubierta de niebla y humedecidas calles. Los pueblerinos de Yharnam parecen haber sido afectados por un virus o una enfermedad que pareciera estar en la misma niebla del pueblo y a pesar de todo lo aterrador que esto pueda sonar, la ambientación esta tan bien lograda como para que el jugador esté dispuesto a tomar otro paso adelante, otro paso hacia su muerte.
Y déjenme ser claros aquí, van a morir en este juego. Al igual que ocurre con Dark Souls, es un juego que demanda aprendizaje y repetición. Pero no se preocupen, morir en este juego es bueno, finalmente sobreponerse a un reto o derrotar a un enemigo especialmente complicado trae una sensación de satisfacción que paga por todas las veces que tuvimos que sacrificarnos para aprender.
BloodBorne como ya se dijo, comparte muchas mecánicas con sus primos de Play Station 3, en Deamon’s Souls y en Dark Souls, los enemigos daban almas (Souls) al jugador. En Bloodborne, los enemigos nos darán Sangre (Blood Echos) que funcionan de manera casi idéntica a las almas de Dark Souls, con la sangre, podremos comprar nuevo equipamiento, Armas e incluso nuevos objetos que nos ayudaran en nuestra lucha contra los demonios de Yharnam. Además la sangre nos ayudara a subir de nivel al personaje, mejorando sus atributos. Esto hace que la sangre sea sin duda, el recurso más valioso dentro del juego, el tema aquí es que la sangre siempre estará contigo, no se puede guardar y al morir perderás toda la que juntes, haciendo que una de tus prioridades sea sobrevivir a toda costa. Al perder la sangre recolectada, esta puede ser recuperada, volviendo al lugar de tu muerte y encontrándola ya sea en el piso o en posesión de alguno de los monstruos locales.
Si bien el juego y el combate, se sienten muy similar a Dark Souls, es aquí donde más se diferencian. En Dark Souls, el juego te premiaba por ser cuidadoso y meticuloso, generalmente jugando a la defensiva, con un escudo para aguardar el golpe enemigo y luego contra atacar. En Bloodborne es todo lo contrario, el juego te incita a ser agresivo, en mis horas de juego me encontré con un solo escudo que no me ayudo en lo absoluto, a diferencia de las armas que cuentan con dos formas de uso, por ejemplo, una espada, puede ser utilizada como un martillo al enterrarla en un gran bloque de granito que lleva el personaje en la espalda. Así todas las armas tienen una forma principal y una secundaria, siendo totalmente indispensable saber qué forma es más propicia para cada situación.
A este arsenal se unen las armas de fuego que si bien, no hacen un gran daño sobre tus enemigos, se hacen indispensables ya que estas pueden aturdir al oponente si son disparadas en el momento indicado, dando una gran ventaja al jugador.
Otra gran diferencia en el combate, es la mecánica de recuperación de vida. Cuando un enemigo te golpea, hay una breve ventana de tiempo en la que golpearlo de vuelta te devolverá parte de la vida que te quitaron, una vez más, incitando al jugador a jugar agresivamente. En Bloodborne si eres golpeado no te retiras, atacas de vuelta. Esta mecánica es especialmente importante ya que la falta de maneras realmente efectivas de defenderse hace que esta, junto a la evasión, sean nuestras principales formas de defensa.
Si en Dark Souls el sentimiento de aprendizaje y superación eran marcados, en Bloodborne es una más por la destreza necesaria para vencer a cada uno de los jefes.
El juego se va develando de a poco al jugador, por lo que el jugador tiene la sensación de siempre estar obteniendo algo nuevo, siempre hay un lugar que explorar y un tesoro que recoger. Además de esto, el juego revela mecánicas de juego a menudo por lo que cada vez el jugador tendrá más recursos para atacar a sus adversarios. Esto actua también como un medio para sacar al jugador de la zona segura, cuando uno cree que ya tiene dominado el juego o al enemigo, hay algo que cambia las cosas, que trae algo nuevo a la formula y la mezcla. Debemos esperar lo inesperado.
«From Software» ha logrado llegar a un nivel de ambientación de juego impresionante. Las calles de Yharnam están repletas de bestias con diseños realmente aterradores. En un comienzo veremos solo algunos aldeanos, con la piel desgarrada y algo zombificados, al ir avanzando nos encontraremos cada vez con cosas más monstruosas y desfiguradas, la mayor parte del tiempo el juego parece estar al borde de lo insano. Bloodborne no es un juego que de miedo por sustos o miedos baratos, es un juego que pone a los miedos enfrente de ti para que lo observes a los ojos y dudes en cada paso que das.
Nada es más aterrador que las batallas con los jefes. Al no poder defenderte realmente de sus ataques deberás aprender patrones, ataques, movimientos, estrategias y ataques especiales para salir adelante en una batalla. Los mejores jefes son también los más difíciles, pasando por diferentes trasformaciones y fases, una vez más, esperar lo inesperado.
La historia, es algo críptica y desorientadora pero parece ser a propósito. Sí bien uno es capaz de entender que pasa y cuál es tu objetivo, muy pocas explicaciones son realmente dadas. Simplemente debes aceptar la información que tienes y sacar conclusiones personales sobre el significado de este extraño sueño. El juego parece estar más centrado en evocar emociones y sentimientos con sus paisajes y criaturas, dejando un poco de lado el contar una historia lineal.
Encontré algunos problemas técnicos, sobre todo con los Frame rates, algo que al parecer es muy común con los juegos de esta generación. En ocasiones se ve simplemente maravilloso y fluido para pasar a algo más cortado y tosco. Otro punto en contra son los tiempos de carga. Al cambiar de área siempre tendremos que esperar entre sin nada mas que hacer que mirar el título del juego con un fondo negro. Hay momentos donde debes hacer esto dos o más veces seguidas haciendo que el tiempo de carga sea exageradamente largo.
Cuando tomamos el juego como un todo, es difícil decir que estos pequeños detalles técnicos arruinan la experiencia, la verdad es que el juego es totalmente un deleite. Es fácil entrelazarse en este mundo a un nivel tan dedicado y obsesivo, un sentimiento que no muchos juegos pueden lograr. En el caso de Bloodborne el juego parece siempre tener algo bajo la manga, alguna sorpresa que entregar dándole al juego un sentimiento difícil de encontrar en otra parte.
Comenta con Nosotros