La tercera entrega de la ya conocida saga Dark Souls es, al igual que muchas de las criaturas que habitan su mundo, un monstruo despiadado que te invita a aprender de cada error que cometas, te invita a dar un paso adelante después de haber dado tres para atrás, pero, aun así, nada supera esa sensación de alivio e incertidumbre que queda luego de haber derrotado una de tus peores pesadillas, listo para enfrentar a la que viene.
Dark Souls 3, es un juego en tercera persona que se caracteriza por su gran dificultad y recompensa hacia la persona que se atreva a tomarse el tiempo de aprender y no frustrarse fácilmente. El juego a veces sufre de bajas en los FPS (Saltos en los gráficos) pero la mayor parte del tiempo se sostiene bastante bien. Y no le puedo recriminar nada pues sin duda la ambientación de Dark Souls 3 es única y bella, cada una de las localidades que visitaremos está extremadamente detallada y bien cuidada, a pesar de que algunos lugares se sintieron familiares, como catacumbas y el ya tradicional pantano, aun asi cada lugar se sentía diferente a sus antecesores.
En esta ocasión, cada lugar es accesado desde una fogata principal, por lo que el juego se siente algo más lineal, y no tan abierto, pero de todas formas este hace un excelente trabajo al posicionarte en un lugar conocido. Lo que quiero decir es que el primer lugar que visitas es una gran muralla con estructuras medievales, la cual se verá cada vez más alejada en medida que vayamos avanzando a través del juego, haciendo que todo parezca un lugar real y con puntos de referencia que te harán ubicarte en el mundo.
Pero el mundo de Dark Souls no es solo uno bello y detallado, en cuanto a su diseño de niveles es extremadamente destacable, el juego premia muchísimo la exploración y el atreverse a enfrentar los retos que te pone en frente. Es verdad, a veces te sentirás engañado o traicionado por el juego por ponerte un enemigo en un lugar que no se ve fácilmente, o por una trampa meticulosamente puesta por el juego para matarte, pero la verdad es que todo tiene que ver con el diseño que quiere dar el juego, estar preparado para todo y definitivamente aceptar la muerte como algo no necesariamente malo y en ese sentido el diseño de niveles es extremadamente brillante, sobre todo porque cada vez que vez un camino extraño, resguardado por algún enemigo difícil, la recompensa valdrá la espera.
Y hablando de enemigos difíciles, las criaturas y caballeros que habitan en Lothric son brutales y sin compasión, cada enemigo tiene sus propias fortalezas y debilidades y esto hace que algunas batallas con enemigos normales sean tan intensas o demandantes como el jefe de algún otro juego y este es otro de los puntos gigantes del juego, pues subestimar un enemigo has derrotado millones de veces puede llevarte a la muerte fácilmente. En Dark Souls todo se hace con las almas que obtienes al matar enemigos, tanto el subir de nivel como comprar Items y mejorar tus armas, requiere de estas almas y cada vez que un enemigo te derrota tus almas quedan en el lugar de tu muerte, por lo que puedes intentar recuperarlas, pero debes tener en cuenta que morir nuevamente hará que tus almas se pierdan de manera permanente. En un momento me encontraba juntando almas para comprar una llave que cuesta 20.000 almas, iba en las 18.000 y un enemigo de los más básicos logro llegarme por la espalda después de una batalla y me hizo perder todas. ¡frústrate! Por decir lo menos. Es el riesgo/recompensa que Dark Souls te hace sentir en todo momento.
La brutalidad de este mundo hostil hace más que necesario la mayor mejora que trae el juego. En esta oportunidad cada arma del juego tiene un movimiento especial llamado “Weapon Arts”, que agregan una nueva variedad y estilo a un ya gran sistema de combate. En un momento puedes estar dando latigazos con agilidad y rapidez y en el próximo aplastando bestias con una espada de dos manos. Todo depende de de tu estilo de juego y que arma te acomode mas.
Ejecutar estas habilidades nuevas, usan “Focus Points” o FP, la nueva barra que se agrego al sistema de Dark Souls, barra que también funciona como “Mana” para tus magias y la pyromancia, cuando se acaba tu FP, algunas de estas habilidades comienzan a drenar tu estamina, algo que puede doler incluso más que gastar tus Focusn Points, pues puede dejarte sin escapatoria, pero es un buen precio por no perder estas nuevas habilidades. Otras armas, ponen elementos a tus golpes y la falta de FP no limita la acción, pero si el elemento extra, asi un golpe de fuego simplemente se transforma en un golpe.
Las “Weapon Arts” también constituyen un cambio en la forma en que se usan los escudos. Algunos de estos no tienen el usual movimiento de “Parry” que tenían en los antiguos Dark Souls, si no que el botón de parry se utiliza para ocupar rápidamente tu Weapon Art sin tener que cambiar manualmente a usar el arma con las dos manos. Algunos escudos son capaces de atacar, por lo que se pueden hacer cosas locas como usar dos escudos al mismo tiempo y aun así ser capaz de sobrevivir. Y de hecho esto se puede hacer con casi todas las armas del juego, puedes hacer muchísimas combinaciones cada una con sus movimientos tanto para la mano derecha como la mano izquierda y todo esto sin contar con las armas de los jefes que tienen su propio set de “Weapon Skills”que representan a cada uno de estos grandes y épicos jefes del juego.
Tener todas estas combinaciones de armamentos y movimientos se hace indispensable, por que las despiadadas criaturas que habitan en Dark Souls 3 pegan fuerte y a veces más rápido que nunca. Además de que el modo de invasión hace su glorioso retorno por lo que estar preparado para luchar y defenderse de esta agresión a tu mundo se hará mas épica al no saber qué tipo de armamento traerá tu enemigo.
Dark Souls 3, Experimenta mucho con su estructura en las batallas, la mayoría de los jefes tienen dos fases, como en Bloodborne, lo que quiere decir que el jefe cambia a mitad de pelea obligándote a cambiar de estrategia y dejando totalmente inútiles las técnicas que usabas en la primera fase, a veces incluso llenan su vida nuevamente manteniendo alta la tensión de la pelea y previniendo que uses técnicas flojas o te aproveches de una debilidad por mucho tiempo.
Si bien muchos de los jefes son como los tradicionales de otros Dark Souls, en este muchos tienen un punto débil especial que se debe golpear para hacer daño al jefe. A veces puede sentirse como un puzle, ya que se debe encontrar el punto débil, muchas veces venciendo miedos y tomando riesgos para saber donde se encuentra ese maldito punto que debes golpear. El punto bajo de esto, es que una vez que sabes el punto débil algunos jefes pierden su dificultad y su amenaza frente a ti, por lo que dan un impacto de primeras, pero luego no volverán a ser amenazadores.
Si realmente este es el último Dark Souls de la saga, realmente es un buen final. Las nuevas habilidades de armas y la versatilidad de los nuevos movimientos hacen que la experiencia sea fresca entretenida y más intimidante que nunca, además de no alterar el sistema de combate. Las locaciones no pueden ser más hermosas y detalladas. La aventura final que entrega Dark Souls 3 es una merecedora de ser la parte final de una saga épica y que nos llena de satisfacción al conquistar nuestros mayores miedos y retos.
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