Sinopsis: Selma Jezkova (Bjork), una amante de los musicales clásicos de Hollywood con una enfermedad que le dejará ciega, viaja desde el este de Europa hasta los Estados Unidos con la intención de mejorar su economía y evitar que su hijo Gene (Vladica Kostic) eluda el mal que puede provocar su ceguera.
Corría el año 2003 cuando en medio de una clase de pastoral un compañero puso una misteriosa banda sonora en la radio y comenzó a darnos una especie de terapia emocional adolescente. Todos terminaron llorando y con una crisis sentimental que al menos sirvió para cuestionarnos muchas cosas de la vida; lo injusto que puede ser el mundo real, pero también lo hermoso que puede significar el simple hecho de vivir la vida, con dichas y desgracias. Así tal cual. Tiempo después me interesó mucho saber un poco más de «esa» banda sonora y es ahí cuando llegué a la hermosa película del año 2000, titulada «Bailando en la oscuridad«.
Las películas de Lars von Trier siempre son muy potentes, intensas y se atreve a hacer cosas que muchos cineastas simplemente no logran idealizar. A veces se va un «poco» al chancho con las cosas que plantea, pero estamos claros que son cosas muy oscuras y complicadas que vienen de lo mas profundo de las emociones del ser humano.
En este caso la protagonista es una madre checa, obrera e inmigrante que vive en Estados Unidos. Trabaja arduamente juntando sus pocos ahorros con el fin de que su hijo Gene pueda ser operado de sus ojos y así evitar su ceguera hereditaria. Para ella «esa» solución está más que perdida, su ceguera llegó a un punto en que no ve casi nada. Vive en un mundo de completa penumbra, por lo que inevitablemente vive de una forma muy tímida y humilde, pero eso si: imaginando coreografías por cada calle por donde camina, desatando sus alegrías y tristezas en un musical diario que nunca termina. Es su forma de ser feliz e ignorar el cruel mundo que le tocó vivir siendo la protagonista de su propia historia «imaginaria». He ahí el nombre de esta hermosa película «Bailando en la oscuridad«.
Selma no está sola, tiene una amiga: Kathy (Catherine Deneuve), quien la acompaña a ver musicales clásicos que de alguna manera «alimentan su alma». Si hablamos de metáforas, ella vendría siendo su bastón que la obliga a mantenerse en pie y no sucumbir ante los horribles acontecimientos que tendrá que vivir. Por contar algo: uno de esos acontecimientos es ser despedida de la fabrica en donde trabaja, solo para llegar a su casa y enterarse de que Bill (David Morse); el dueño de la casa rodante que ella arrienda, le ha robado todos sus ahorros de la operación. Este será el comienzo de una larga lista de penurias que caen sobre Selma. No se preocupen, no seguiré contando mas detalles, lo demás tendrán que descubrirlo por ustedes mismos.
Para los que conocen a Björk, saben que su música es muy particular. Es una mezcla de lo experimental, lo extraño, lo simple y lo profundo. Pero la gran importancia de su papel no está sólo en su música que condimenta la atmósfera, sino que es Björk misma quien habla desde su corazón; las emociones son tan intensas que traspasan la pantalla y al menos a mi, me pone los pelos de punta ver tal nivel de compenetración de la actriz-personaje. No es por nada que la misma Björk dijo en su momento que el proceso de filmación fue emocionalmente agobiante por la intensidad del guión. Los desacuerdos que tuvo con Lars von Trier son muy conocidos, principalmente por el climax de la película que la llevó a tener depresión por mucho tiempo. Ok, esto suena mucho a esas «historias urbanas» que a veces se inventan sobre los rodajes de las películas, pero hasta lo que yo sé, Björk solamente volvió a actuar para su esposo en Drawing Restraint 9.
Para muchos, la película puede ser extremadamente triste y un pretensiosa. Pero para mi es una obra exquisita y visceral que saca lo mejor de ti: esas emociones ocultas que salen sólo de vez en cuando y hacen que te entregues a la película sea cual sea el final. El resultado es re encontrar una parte de ti que quizás habías olvidado, volviéndote una persona emocionalmente más inteligente.
‘Bailando en la oscuridad’ (‘Dancing in the Dark’, 2000) es para mi uno de los filmes más hermosos de los últimos tiempos, que muestra como una madre es capaz de sacrificarlo todo por su hijo, aun cuando no tiene nada más que sacrificar. Es un canto a la vida y un canto a la muerte, en donde ambas cosas pueden estar más unidas de lo que uno puede pensar, todo inmerso en un cuadro desolador con una fotografía hermosamente oscura. De hecho la filmación digital de esta película contó con mas de 100 cámaras grabando al mismo tiempo. Todo esto es algo digno de aplaudir para un loco genio como Lars.
Nada mas puedo decir de esta película. Si la recomiendo es por que simplemente tocó mi fibra y rompió los esquemas en el cambio de siglo. Han pasado 15 años y la película me sigue impactando, sobre todo cuando estamos inmersos en una sociedad cada vez mas insensible y despreocupada.
Véanla y compartan su experiencia. Eso si, recomiendo que la vean con un buen estado de ánimo. No me hago responsable por las emociones que puedan experimentar.
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