«Están reunidos y Marcel no se halla ahí. Y, sin embargo, gracias al sortilegio de una incomprensible simetría, ahora que los ha enterrado a uno tras otro, ya solo existen gracias a él y a la obstinación de su mirada fiel…y es por ello que aún saca esa foto del cajón donde la guarda cuidadosamente, aunque la deteste…porque si un día dejara de hacerlo, no quedaría nada de ellos.»

El Sermón Sobre la Caída de Roma, Jérôme Ferrari.

El Sermón sobre la caída de RomaSINOPSIS: El Sermón sobre la Caída de Roma es una lúcida novela acerca del fin de una civilización, de un siglo y de la vida de un hombre. Matthieu y Libero rechazan el mundo en el que les ha tocado vivir, por lo que abandonan sus estudios de filosofía en París para instalarse en un pueblo de Córcega y trabajar en un bar. Sin embargo, ese pequeño paraíso que han construido y donde han depositado sus ilusiones pronto verá su declive.

RESEÑA: El escritor Jérôme Ferrari, colega traductor y profesor de filosofía, nos trae esta novela ganadora del Premio Goncourt 2012: El Sermón sobre la Caída de Roma, escrita con una pluma exquisita que desborda talento literario, que ensalza los acontecimientos más prosaicos, transformándolos con un estilo poético y refinado. Esa es la primera impresión que tuve de esta novela cuando me animé a leerla. Era elegante, era distinguida y su prosa era hermosa y limpia y tenía la valentía de escribir desde el desaliento y la desesperanza ¿pero es eso lo que mueve realmente una historia? ¿Podría esa belleza de superficie llegar a interesar a un lector de manera más profunda?

El título de esta obra se inspira en la prédica de San Agustín de Hipona, cuando los bárbaros germanos dieron fin al imperio más grande de la historia: El Imperio Romano. Ese año, el 410 d.de C. era como el fin del mundo, el fin de la civilización, el fin de la luz para dar paso al oscurantismo de una larga Edad Media, un mundo que había dejado de vivir solo para sobrevivir, sin esperanza, sin luz.

Esta es la premisa de esta novela, la muerte y la supervivencia después de que nuestro mundo ha caído, nuestro mundo personal hecho de sueños y esperanzas y cómo sobrevivimos a la muerte de estos, en qué seres humanos nos convertimos después que todo lo que amamos o soñamos se derrumba. Como verán, una muy interesante premisa, sin embargo, aquí es donde comienzan a aparecer los problemas.

La novela es corta, pero de todas formas pasan muchas cosas en ellas, muchos acontecimientos que no desembocarán en algo importante. Sí, está muy bien escrita, pero eso no hace que estos hechos sean interesantes. Extrañé una conexión más profunda con aquellos que eran los supuestos protagonistas, esa conexión que podría llevar al lector a interesarse por aquellas nimias situaciones que Ferrari se da el tiempo de describirnos con profundidad.

Hay desesperanza y falta de fe, no solo en Dios, sino en la Filosofía, en la belleza del mundo. No hay cabida para el amor o la esperanza en un mundo que se cae a pedazos. La desilusión lo llena todo y el mundo que rodea a los dos protagonistas, dos amigos y estudiantes de filosofía se derrumba como el mismísimo Imperio Romano, cuando la pierden la fe en lo que están estudiando. Así deciden hacerse cargo de un bar en un pequeño pueblo del fin del mundo, específicamente en la isla de Córcega, en Italia. Tal vez esto sea el mayor logro de la novela; su premisa de que nuestro mundo surge, hermoso y colorido, llega a su máximo apogeo, para luego caer estrepitosamente frente a nuestros ojos. Solo somos una sucesión de mundos que se levantan y caen.

El problema de El Sermón sobre la Caída de Roma es que pretende ser más de lo que realmente es, que se vende y nos obliga a pensar que estamos leyendo algo mucho más profundo, más existencial, cuando, en realidad, es una historia sencilla adornada con muchas hermosas palabras. Si, quizás, Ferrari hubiera sido más real, más verdadero al momento de escribir, el espíritu pesimista del libro habría dado origen a una novela auténtica y sencilla, sin embargo, su bella prosa nos distrae de algo mucho más importante: la falta de alma de la novela.

De todas formas y como siempre, esta es una opinión absolutamente personal, mi idea es alentarlos a leerla, a sacar sus propias conclusiones y, en el peor de los casos, se encontrarán con lo que yo me encontré:  una historia demasiado sencilla, contada de una forma hermosa, pero muchas veces un poco vacía.

Interesante.

Erika Moreno I.

 

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