“Un buen político es aquel que,
tras haber sido comprado,
sigue siendo comprable”.
Winston Churchill
- Dirección: Adam McKay
- Guión: Adam McKay
- Música: Nicholas Britell
- Reparto: Christian Bale, Amy Adams, Steve Carell, Sam Rockwell, Jesse Plemons,Eddie Marsan, Alison Pill, Stefania Owen, Jillian Armenante, Brandon Sklenar,Brandon Firla, Abigail Marlowe, Liz Burnette, Matt Nolan, Brian Poth, Joey Brooks,Joe Sabatino, Tyler Perry, Bill Camp, Shea Whigham, Cailee Spaeny,Fay Masterson, Don McManus, Adam Bartley, Lisa Gay Hamilton, Jeff Bosley,Scott Christopher, Mark Bramhall, Stephane Nicoli, Kirk Bovill, Naomi Watts,Alfred Molina, Lily Rabe
Sinopsis:
George W. Bush, gobernador de Texas, elige como su mano derecha para las elecciones presidenciales del año 2000 a Dick Cheney, presidente ejecutivo de Halliburton Co. Esta es la historia de cómo Cheney llegó a disponer de un poder casi ilimitado.
Adam McKay es un director que no se viene con retos chiquitos a la hora de hacer una película, sino que quiere de verdad ir por retos grandes. ¿El más reciente? Hablar de uno de los personajes más oscuros de la Casa Blanca, y del que quizá poco o nada supimos porque supo quedarse en el poder por años: Dick Cheney (interpretado brillantemente por Christian Bale), y de paso, repasar a toda la clase política de la derecha estadounidense.
A la hora de hablar del personaje, quizá lo más destacable es el esfuerzo que puso en retratar de un personaje del que se sabe poco o nada porque, realmente es un tipo que no deja nada al azar, y a medida que exploramos su vida se hace cada vez más inverosímil e increíblemente deja como niño pequeño al ambicioso Frank Underwood de House of Cards, sobre todo porque este es un personaje que aún vive y todo lo que ha hecho repercute hasta hoy. Si quieren seguir leyendo, les digo que hablaré un poco de ella, absolutamente sin spoilers.
De un don nadie a un don todo.
Otro de los puntos importantes de la película es que a pesar de que vemos las noticias, realmente no alcanzamos a entender lo que es el sistema político estadounidense, ya que, un cargo como el de vicepresidente que uno pensaría que es quien lleva las riendas cuando el presidente no está, es de hecho casi decorativo, pero es sin embargo el mismo Cheney quien lo hace valer.
Y si pensamos que él provenía de un origen sumamente humilde, que se perdió oportunidades de estudio únicas en la vida y que uno diría «jamás podría hacer nada» pero lo logra. Porque al llegar a la Casa Blanca y conocer a las «personas adecuadas» logra quedarse ahí, y subiendo de nivel, aprendiendo todo lo que puede de gente con moral muy discutible y estudiando todas las vías posibles para seguir ahí porque también es empujado durante todo el tiempo por su mujer Lynne Cheney (interpretada magistralmente por Amy Adams, en serio, ya denle a esa mujer un óscar) una fuerza natural que no solo es su esposa, sino que es la que ve los planes, la que le dice que debe seguir adelante, su inspiración y a quien nunca se atrevería a decepcionar. Porque esa sencilla promesa, sella todos los actos que comete Cheney para mantenerse en las esferas del poder. Si tienen que pagar otros por aquello… bueno, es un precio que está comprobado que está dispuesto a pagar.
¿La democracia está muerta?
Seguramente es la pregunta que te vas a hacer, porque a través de todo lo que vemos a continuación te sacude mucho emocionalmente en la medida de que ocurren actos que marcaron la historia, y te das cuenta de cómo la derecha en Estados Unidos se ha convertido en una entidad tan cínica y macabra porque en ningún momento se habla de ética, o bien común, las razones por las cuales irónicamente los elegimos para esos cargos.
También se explora mucho la teoría unitaria ejecutiva: una teoría que permite que el presidente ejerza el total control del poder ejecutivo, y claramente George W. Bush (una maravillosa interpretación de Sam Rockwell) no es el hombre idóneo para ejercerlo.
La prueba definitiva para Cheney será el día de los atentados, que es en donde finalmente se convierta en el poder detrás del poder, el que a través de ligeros «cambios de nombres» llega a cometer los horrores más grandes, que hacen mucho eco a la actualidad, sobre todo y considerando que hay un presidente de derecha (que en esta ocasión no cuenta con un Cheney) del cual no es necesario entrar en detalles para ver que es capaz de hacer. Y ¿quieren saber algo más? Este año, serán unas nuevas elecciones presidenciales.
¿Tiene fallos?
Si, no hay películas perfectas y está claro que tiene fallos, pese a que es un tema muy terrible, uno puede reírse, pero, hay momentos que sobran, y tal como en su película anterior, The Big Short, busca explicar teorías complicadas en poco tiempo y uno se tiene que dar el tiempo para comprenderlo, además algunas veces usa un lenguaje tan complejo que hay que esforzarse el doble para comprender. Otra falla quizá (para algunos) es la tendencia política de su agenda, pero a la vez es entendible esta decisión. Han sido años complicados y están ad portas de nuevas elecciones, y si quieren avanzar, tienen que mirar hacia el pasado para tomar los pasos adecuados para vivir el presente y caminar hacia el futuro, o simplemente reflexionar de cómo llegaron a esto. Y en realidad, este mensaje no solo es para EEUU, sino para todos los países, ¿no me creen? Es cosa de mirar las noticias.
El Vicepresidente: Más allá del poder, está a partir de hoy, en los mejores cines del país.
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