«Había observado y atesorado cada ilustración de esa ciudad en los libros de Doenal, pero nada lo había preparado para su esplendor ni, sobre todo, para su extensión…se extendía sobre las estimaciones occidentales de las montañas como una mancha maravillosa, llena de brillos y texturas… percibía las siluetas de cientos de torres que se elevaban  hasta alturas extraordinarias…»

Joseph Michael Brennan

Las Memorias del Juramento I, Las Cenizas del Juramento

SINOPSIS: En la Ciudad Alta el invierno es implacable. Su viento gélido derriba los árboles y la nieve mata hasta los animales más fuertes. En ella vive Tammuz, un joven huérfano cuyo misterioso protector, Doenal, se niega a revelarle los detalles de su origen y de su pasado.

La vida de ambos cambiará de forma sorpresiva cuando toque a su puerta Tarian -nieto del agonizante príncipe Laorias-, quien es perseguido por un temible asesino.

Cenizas del JuramentoRESEÑA: Es siempre un gran honor poder reseñar el trabajo de un escritor fantasista chileno, más que nadie sé lo difícil que es elegir este hermoso género literario y aún más llegar a publicar, Joseph Michael Brennan lo logró y ahora nos presenta la primera entrega de su saga Las Memorias del Juramento.

Brennan ha optado por la alta fantasía basada en la Edad Media, con una historia que nos recuerda muchísimo a la de los Caballeros Templarios (de hecho pienso que está plenamente basada en esta parte de la historia medieval). El autor se mueve por derroteros bastante explorados ya en el género, con una historia que no innova ni en ritmo ni en estructura, pero que, a su vez, atrapa al lector, sobre todo al aficionado del género, con un bagaje cultural medieval sorprendente y descripciones que no tienen nada que envidiar a otras sagas.

La lectura de Las Cenizas del Juramento no es una lectura sencilla, a veces empantanada por largos periodos en capítulos destinados a que conozcamos más profundamente a sus personajes y, aún así, entretenidos de leer. Es una novela a la que hay que tener paciencia, ya que se toma su tiempo para desarrollarse, pero que vale la pena leer. Los personajes son interesantes y muy cálidos, como lectores podemos llegar a entender lo que los mueve . La relación paternal que existe entre Doenal, una especie de Ben Kenobi, un mentor para el huérfano Tahmuz, y su protegido es bien interesante, a pesar que nos recuerda, como ya dije, a varios mentores tan recurrentes en la fantasía épica. La relación de amistad entre Tahmuz y su amigo y compañero de aventuras el príncipe Tarian recuerda también a Frodo y Sam, Luke y Han Solo, que una vez más se mueve por terreno ya pisado sin innovar pero sí entregándonos un relato más que correcto y entusiasmando al lector.

En sí Las Cenizas del Juramento es el típico viaje del héroe, que necesita un mentor y amigos y obviamente un interés romántico, es un viaje de descubrimiento personal, de revelaciones, amistades, de encontrarse con la fuerza interior, escrito de manera muy clásica, con una prosa cuidada y elegante.

Lo que me llamó poderosamente la atención es la falta de personajes femeninos importantes, por lo menos durante las 100 primeras hojas la carencia de personajes femeninos era simplemente alarmante ¿en qué mundo extraño no hay ninguna mujer, ni siquiera vendiendo un souvenir en la feria del pueblo? En la medida que el relato avanza podemos ver uno que otro personaje femenino pero nada más que como un interés romántico para los personajes. Esto me hizo sentir que estaba leyendo la antigua fantasía épica de los años 50, muy bien estructurada pero poco innovadora.

Pero no se me malinterprete, Joseph Michael Brennan nos entrega una obra que cualquier amante del género disfrutará leyendo, sobre todo aquellos lectores más cercanos a la pluma de Tolkien que a la de George RR Martin, su estructura clásica, sus hermosas y bien logradas descripciones y una pluma elegante son dignas cualidades que hacen de esta novela un recomendado para todos los que disfrutan de la fantasía. Pero como siempre, son ustedes, mis estimados freaks, quienes tienen la última palabra.

Buena.

Erika Moreno I.

Comenta con Nosotros