Pearl es una niña que vive en un coche estacionado en un parque para caravanas en Florida junto a su madre, una joven dulce, frágil y soñadora que huyó de una vida acomodada cuando a los diecisiete años dio a luz en secreto a su hija. Atrapadas en la América blanca más miserable, madre e hija viven rodeadas por una comunidad compuesta por veteranos de guerra, reverendos que trafican armas, fugitivos y traficantes de heroína.
En el reducido espacio del coche, Pearl crece arropada por las canciones de amor que canta su madre, por terrones de azúcar y las frases tiernas que intentan acallar el ruido de los revólveres que las rodean y cada noche disparan. Pero cuando Pearl tiene doce años, la llegada de Eli, un texano metido en el tráfico de armas, parte su infancia en dos. Su madre se enamora del chico malo, y las drogas y las armas llegan a su pequeño mundo y tuercen por completo su vida.
La vida de Pearl ha sido compleja desde que tiene memoria pero los sentimientos que transmite al contarla son tan reales y crudos que logra hacerte pensar en la triste vulnerabilidad que se vive en el mundo, que como ella muchas personas pueden vivir en peores condiciones pero al ser la única vida que conocen todo se normaliza y la vida sigue, como se pueda.
Comencé a leer este libro porque la sinopsis parece muy interesante y tenia mucha fe en que encontraría una historia que no pasaría desapercibida y me alegra poder decirles que así es. El relato es contado por una Pearl mayor que va recordando su vida y las pocas personas que logró conocer, nos habla de lo soñadora que era su madre y de lo mucho que la amaba, nunca le criticó la vida vulnerable que le dio dentro de ese automóvil porque ella no necesitaba más para estar bien, iba a la escuela, tenía una amiga y se divertía con cosas bastante peculiares, pero que luego comprendes que su realidad es muy distinta a la nuestra pero no por eso es una realidad equivocada. Su mundo es de vivir con lo mínimo y de sobrevivir día a día.
Logramos ver amistad, miedo, curiosidad pero sobretodo incertidumbre en cada párrafo que nos relata Pearl, ella no tiene a nadie más que a su mamá hasta que aparece un extraño y la engatusa por completo, entonces solo se tiene a ella misma en un mundo de disparos, de armas y de acciones turbias.
Pearl terminará conociendo mundos completamente distintos al que vivía con su madre y nos tocará el alma el mundo de los niños huérfanos que conoce, destinados a pasar de familia en familia sin poder hallarse en ningún lugar, siempre esperanzados pero nunca ilusionados.
Jennifer Clement nos enseña una historia tan simple y tan real que llega a dar miedo, el libro completo es para reflexionar porque nos muestra «el otro lado de la vida», ese que desconocemos porque decidimos llevar nuestra vida de una forma más aceptada por la sociedad, donde estemos lo mínimo expuestos a la muerte y con las mayores comodidades que nos lo permitamos. Pero no todo el mundo vive de igual manera y existen miles de personas expuestas al peligro, a condiciones de extrema vulnerabilidad, donde a nadie le importa si sigues vivo o no y los gobiernos de todo el mundo deciden hacerse a un lado e ignorar a esa parte de la población, siendo que ellos son los que más ayuda necesitan. Si alguna autoridad se hubiera preocupado de Pearl y su madre la historia sería muy diferente y no vivirían una vida donde las armas son peligrosos protagonistas.
Fue inevitable hacer un pequeño análisis de todo lo que sentí, tengo mucho más pero seguir sería hacer spoiler de este gran libro, que por cierto es totalmente recomendado para todo público, es una historia universal que de fantasía no tiene una gota.
La vida puede dar muchas vueltas y enseñarte a vivir de formas muy curiosas, hay mucho que ignoramos en nuestro mundo lleno de comodidades pero libros como este nos hacen abrir los ojos y mirar un poquito más allá para intentar ser una mejor sociedad.
Le puse 4 estrellas en Goodreads.
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