Sinopsis: Ethan Bush regresa a Kansas, escenario de ‘Los Crímenes Azules’, para zanjar un asunto que había quedado pendiente y que le atormentaba desde hacía meses. ¿Quién mató a Sharon Nichols? Pronto descubrirá que intentar resolver un crimen acaecido en 1998 no es precisamente una tarea sencilla.
Una novela emocionante en la que el agente especial de la BAU del FBI tendrá que enfrentarse a sus propios monstruos mientras levanta ampollas en un condado en el que los secretos ya estaban sepultados bajo toneladas de tierra.
Este es el primer libro que leo de Enrique Laso y, según Goodreads, es el tercero de la saga que sigue los casos en los que trabaja el detective del FBI Ethan Bush. Como en casi la totalidad de las novelas negras, se puede leer sin necesidad de leer los anteriores ya que es un caso independiente.
Les debo confesar que lo leí porque era corto (obviamente también porque amo las novelas negras) y terminé deseando que hubiese tenido más páginas porque se me pasó muy rápido el tiempo leyendo.
Les cuento un poco la historia… Ethan Bush es un joven arrogante que considera como a un padre a Patrick, un asesino que cumple condena en la cárcel. Hace 20 años asesinaron la única hija de Patrick, llamada Sharon, y 10 años después su esposa se suicidó. Ethan siente que le debe a Patrick descubrir la verdad sobre qué le sucedió a Sharon por lo que reabre el caso y vuelve a Kansas decidido a descubrir al asesino.
Después de tantos años, encontrar pruebas no será tarea sencilla pero Ethan tiene un excelente equipo que lo ayudará en esta misión. Descubrirá cosas terribles que lo afectarán más de lo normal por su cercanía con la víctima y porque nunca lo pensó posible.
He leído a varias personas comentar en redes sociales que los libros anteriores no les gustan por la personalidad del protagonista, Ethan. Es verdad que es arrogante y que comete errores pero, no sé si antes tenía el mismo equipo que ahora porque lo contienen y complementan muy bien. A mí no me parece un motivo para criticar el libro ya que muchos detectives de novelas negras tiene personalidades un poco estresantes.
Me gustó mucho la historia, la forma en que nos presenta una lista de sospechosos y como vamos descubriendo la verdad sobre cada uno de ellos.
Mi detalle favorito que tiene este libro es que nos muestra los daños colaterales que deja una investigación en los sospechosos que en realidad no son culpables y en los secretos que se ven obligados a develar solo porque deben cooperar con el FBI.
Al tener solo 187 páginas se va directo al grano en casi todo y eso logra una lectura ágil y entretenida. A pesar de ser de lectura rápida, logra que entremos en el juego de apostar por nuestro sospechoso porque en un momento todos parecen igual de culpables.
Es un caso policial liviano para disfrutar y entretenerse. Les aseguro que cuando empiecen no van a poder parar.
«Lo que hoy somos arrastra todo el peso de lo que ayer fuimos, pese a que no compartamos parte de nuestras propias decisiones, pese a que ni tan siquiera lleguemos a recordarlas.»
El final nos introduce en el caso que sigue por lo que ya quiero leer el libro «Niños sin Ojos»… ¡Por favor Urano tráiganlo pronto!
- Le puse 4 estrellas en Goodreads.
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