«El Amor ha llegado. Yo ya no lo esperaba y, en cambio, como escribe el señor Ludovico Ariosto, aquí está, ¿En suma qué es Amor, sino locura?… Pero cuando Amado está ahí, Señora, náceme el sol desde los pies , puedo saltar el Mar, succionar los árboles de los prados y engendrar poblaciones de aves…»
Lisario Morales en Lisario o El Placer Infinito de las Mujeres
Antonella Cilento
SINOPSIS: Nápoles, siglo XVII, Lisario Morales es una joven súbdita de noble cuna del Virreinato español que lee a escondidas a Cervantes y escribe cartas a la Virgen para aliviar su soledad. Cuando, siendo aún una niña, sus padres deciden casarla con un anciano, finge dormirse y no despertar. Tras meses de oraciones, la familia Morales busca la ayuda del médico catalán Avicente Iguelmano, quien, gracias a una terapia tan ilícita como secreta, cura a Lisario. En agradecimiento, los padre se la entregan como esposa, pero una vez despertado el deseo de Lisario posee una incontrolable energía liberadora, y el amor del joven médico deriva en una perturbadora obsesión por el misterio del voluptuoso placer femenino. Una gran novela histórica y erótica, finalista del prestigioso Premio Strega.
RESEÑA: La escritora italiana Antonella Cilento nos trae una novela histórico-erótica ambientada en la Nápoles del virreinato español, en el siglo XVII, una novela que viene a advertirnos que una historia erótica puede estar no solo bien escrita, sino que ser un retrato de una época y además un reflejo del miedo que hasta el día de hoy tiene la sociedad del poder sexual femenino.
En un mundo donde el placer de las mujeres no es tema, donde la condición humana de las mujeres es puesta en tela de juicio, Lisario es una niña que ha aprendido en secreto a leer y escribir, ambas actividades mal vistas realizadas por una mujer. Lisario tiene una potente voz y ama cantar y hablar, a pesar de que ese comportamiento también es mal visto por la sociedad. Pero una enfermedad de niña la deja completamente muda. Su único desahogo es escribir cartas a las Virgen para contarle sus pesares. Lisario es además narcoléptica y su marido, el mediocre médico Avicente Iguelmano, no puede entender que su mujer sea capaz de vivir el placer sin restricciones, para luego convertirla en casi un experimento científico. Iguelmano no es capaz de comprender el placer femenino porque no es capaz de ver a las mujeres como seres humanos y mientras más conoce de este, más miedo siente de él.
El personaje de Lisario es una mujer adelantada a su época, una mujer que se cultiva en secreto, que no tiene miedo de experimentar, de leer, de educarse, una mujer que sabe lo que quiere, a pesar de todas las trabas que le pone la sociedad.
La novela es entretenida, narrada a través de un narrador omnisciente y a través de las cartas de Lisario a la Virgen. El estilo de Antonella Cilento se adapta a la época, su narrativa es ágil, pero de términos rebuscados, o que a los lectores de hoy nos parece rebuscado, utiliza terminología antigua y elegante. En ciertos aspectos, nos recuerda a Cervantes, sin embargo, se extraña una profundización más psicológica de los personajes, quedándose con una descripción superficial, llevando al lector a no sentirse identificado con ninguno de los personajes, ni siquiera de la historia de amor imposible que nos narra. Se podría decir que hay algo de barroco en la narrativa de Cilento, lo que nos posiciona en época, pero que le resta interés a sus personajes, un riesgo que la autora decide correr en pos de realizar un trabajo infinitamente más acabado que todo lo que he leído de literatura erótica hasta el día de hoy. Sin embargo, se siente desordenada a veces, de una estructura desorganizada que saca muchas veces de la lectura. Se puede vislumbrar tras las palabras la intrínseca personalidad italiana, donde la imaginación desbocada se mezcla con humor, con ironía, con poesía y teatro y un «metarealismo» característico que la convierten en una novela erótica peculiar, pero muy recomendada.
En resumen, Lisario o El Placer Infinito de las Mujeres es una novela erótica única, ambientada en el Nápoles del siglo XVII, nos entrega una visión con una narración barroca, que recuerda un poco a Cervantes, de una sociedad aterrorizada por el poder sexual femenino, un miedo que parece seguir existiendo en nuestra propia sociedad. La historia es simple y a veces supera los límites de la realidad, con un relato un tanto superficial en lo que a construcción de personaje se refiere. Aún así es uno de los trabajos eróticos más completos y de mejor calidad que he leído hasta ahora, convirtiéndose en un recomendado absoluto para los amantes del género. Pero como siempre son ustedes, mis estimados freaks, quienes tienen la última palabra.
Muy bueno,
Erika Moreno I.
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