Sinopsis: Jean Louise Finch evoca una época de su infancia en Alabama, cuando su padre, Atticus, decidió defender ante los tribunales a un hombre negro acusado de violar a una mujer blanca. Novela de iniciación, Matar a un ruiseñor muestra una comunidad, la del sur de Estados Unidos durante la década de 1930, dominada por los prejuicios raciales, la desconfianza hacia lo diferente, la rigidez de los vínculos familiares y vecinales, así como por un sistema judicial sin apenas garantías para la población de color.
Reseña: Matar a un ruiseñor ha sido una de las novelas más influyentes desde que salió a la venta, en 1960. Harper Lee decidió escribirlo por todo lo que vivió cuando tenía 10 años de edad, en la época de los 30’s, cuando las injusticias sociales eran cosa de cada día. Su libro se convirtió en un clásico de la literatura.
En julio del año pasado, ediciones B, sacó una nueva edición de este libro y gracias a ellos podemos traer la reseña hasta ustedes, esperando que la disfruten.
La familia Finch es de esas que tienen un largo pasado que contar, llena de hechos dignos de recordar que posicionaron a la familia donde están. Para la época, eran una familia de privilegios que podía vivir cómodamente, hasta estudios tenían los hombres de la familia. Atticus estudió para ser abogado y luego de terminar se fue a vivir al condado de Maycomb, donde conoció a a su futura esposa. Se casaron y tuvieron dos hijos pero para desgracia de todos, ésta murió repentinamente dos años después de concebir a su hija.
Jem y Jean Louise(Scout) eran hermanos inseparables, ya que Atticus debía trabajar mucho, no les quedaba más que andar juntos para todas partes, así es que forjaron un lazo eterno. Era verano cuando comenzó lo que sería un misterio de muchos años, conocieron a un vecino que solo iba los veranos al condado pero que les dio la idea que los dejaría en duda mucho tiempo. En la casa del lado, vivía un extraño joven que se decía nunca salía de su casa, otros decían que había muerto pero la verdad es que entre los niños del lugar, nadie sabía nada sobre él pero el miedo estaba sembrado en todos.
El primer año de escuela de Scout no fue nada fácil porque a su padre le habían asignado una difícil y deshonrosa tarea en el juzgado: defender a un negro acusado de violación a una joven blanca. Ella no comprendía muy bien el problema pero le enojaba mucho que hablaran mal de su padre. La educación por parte de Atticus es bastante particular para esa época, intenta sacar de todas las dudas a sus hijos y no les ejemplifica nunca con estereotipos que deben seguir, esto mismo, les da el pase para desarrollar su mente y ponerse a pensar por si solos lo que es correcto, pero siempre confirmando sus suposiciones con su padre. Atticus nunca les ha pegado y jamás pensaría en hacerlo porque todo lo pueden resolver conversando las cosas. Este caso es el que nos presenta Scout, desde su mirada inocente y pura, nos mostrará cada cosa que va pensando con respecto a las injusticias sociales que se viven en esos años.
Primero quiero decir que amo este tipo de libros, los disfruto de tal manera que se vuelven mis libros favoritos. Matar a un ruiseñor lo tenían en mente hace mucho tiempo, desde que escuché de él, pero no había tenido la oportunidad de leerlo, y ahora, estoy tan feliz de haber entrado a este mundo de una manera y haber lograr salir de otra mucho mejor.
Leí este libro sin saber siquiera de que trataba, nunca había ni leído una reseña pero sentía que debía devorarme este clásico a penas lo tuviera en mis manos.
Cada personaje tiene sus características especiales que hacen que puedas conocerlos más a fondo y así tú puedas trasladarte con ellos a la época. Scout definitivamente se posicionó como mi personaje favorito de los libros, con tan solo 7-8 años, es capaz de pensar y razonar mucho mejor que la gente mayor. Además su personalidad es tan fuerte, valiente y tan poco estereotipada que la hace desarrollarse de la mejor forma, ella no sigue modelos ni modas de nadie, no sigue lo que le dicen las demás mujeres ni sus compañeras pero a su corta edad esas cosas fuera de lo común hacen que una niña se sienta mal y separada del grupo común. Para esas situaciones siempre está su padre que la calma y la hace comprender por qué los demás piensan así. Su hermano no es de mucha ayuda porque, típico de los jóvenes que están entrando en la pubertad, él no la toma en cuenta, le estresan las preguntas donde debe cuestionar muchas cosas así que se va por el camino fácil haciéndola callar.
En la casa de los Finch tienen una criada llamada Calpurnia, la cual es un pilar fundamental para los niños; ella les enseñó a leer y escribir antes de entrar al colegio, ya que ella, tiene la suerte de ser de las pocas personas negras con estas cualidades. Además, también responde a las dudas de la pequeña Scout cuando cosas extrañas suceden. La confianza que se tienen es de las cosas que hacen a la pequeña señorita Finch como es, su padre nunca les dijo que la trataran como empleada ni mucho menos, ella era una más de la familia solo que al llegar la tarde debía irse. Por esta misma razón es que para Scout los negros no son distintos a ella, porque el trato que tiene con Calpurnia es igual que con cualquier otra persona.
Personas… todos somos personas, que cosa tan simple pero que pocos entienden y llevan a la práctica. Criticamos, nos separamos, inventamos tipos de personas para poder encasillar a los demás, discriminamos sin más pero luego nos hacemos los más buenos del mundo. No podemos ser buenas personas solo con los que se parecen a nosotros o que rondan nuestro entorno, todos somos iguales y este libro lo sacó a flote en la época del 60′. Nuestra narradora lo sabe, sabe que todos somos iguales, todos somos personas pero nos tratamos de forma distinta e injustamente. De hecho hay una frase muy buena que expresa lo que siente en un momento donde su profesora dice odiar a este dictador pero luego está de acuerdo con que maten a un negro injustamente.
«¿cómo es posible que uno odie tanto a Hitler y luego sea tan injusto con personas de nuestro propio país?» Jean Louise Finch,
Esa pregunta está lista para hacerla a muchas personas que ven a los demás como inferiores.
Ahora me gustaría hablar de Atticus, ese padre que quedó viudo con dos hijos y nunca se echó a morir. Asumió su rol, aunque siempre ayudado un poco de Calpurnia. Este hombre es un ejemplo de persona, un ejemplo de padre y un ejemplo de abogado, en fin, un ejemplo de ser humano. La vida lo hizo una persona tan razonable y tan distinto a todos los demás; hacía lo mejor que podía con sus hijos, a veces no tenía mucho tiempo pero siempre que lo necesitaban lo podían encontrar, cada duda que tenían la podía responder y así era siempre. Muchos lo criticaban, sobretodo porque sus hijos lo llamaban por su nombre pero hacía caso omiso de ello y seguía adelante con su manera de ser padre. Me encanta su manera de ver la vida porque es un ser escaso en esa época(y en está también), piensa por si solo, toma decisiones independientes, no comete injusticias a pesar de la presión social y por sobre todo, es un padre sensato, jamás violento porque la violencia solo crea miedo en los niños y no da paso a esa confianza que podemos ver en este libro.
Este es un libro que te hace replantear muchas cosas, muchas decisiones y la manera en que estás viendo a las personas. Te das cuenta que tu narradora piensa las cosas mucho mejor que tú y anhelas ser como ella. Lo único malo es que te das cuenta que su inocencia hace que pueda pensar libremente, y esperas que al crecer su visión de las cosas no cambia, no se vea influenciada por los demás y mucho menos que intente actuar de cierta forma solo por agradar. Queremos menos «señoritas» y más niñas libres de ser quienes quieran ser. Más padres como Atticus Finch que crió dos hijos valientes e independientes sin separarlos de él, sin ser violente ni amenazador, sin crearles miedo desde pequeños porque, de esta forma, logramos tener personas que puedan sentirse libres.
Desgraciadamente Harper Lee nos dejó en febrero de este año, tiempo después de haber publicado, en julio de 2015, lo que es la segunda parte Matar a un ruiseñor: Ve y pon un centinela. No queda más que buscarlo y comprarlo para seguir con esta maravillosa historia y recordar siempre a la autora que nos brindó el pase para ser mejores personas.
«Llorar por el infierno puro y duro en que unas personas hunden a otras…sin detenerse a pensarlo siquiera. Llorar por el infierno en que los hombres blancos hunden a los de color, sin pensar que también son personas.»
Como ya es de suponer, le puse 5 estrellas en Goodreads.
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