Por: Francisca Yáñez
Sinopsis: Logan pierde a su padre y con este, su carrera olímpica, su graduación y su seguridad.
Al verse en problemas económicos, la madre de Logan accede a vivir en la lujosa casa de su hermana en las afueras de la ciudad, la única condición: salir de ella los domingos para ser exhibida a quien desee comprarla.
Mientras más grande sea la casa, mayores son los problemas y misterios.
Logan y su madre deben unirse y enfrentar juntos la pena de vivir con el peso de la muerte y por, sobre todo, la supervivencia entre paredes desconocidas.
Reseña: Netflix no para de sorprendernos con innovaciones para todos los gustos y estilos. Además, se ha convertido en la catapulta profesional para nuevos y jóvenes actores y actrices, siendo uno de sus platos principales Dylan Minnette, quien llega a protagonizar este thriller luego del éxito rotundo en 13 Reasons Why, estando acompañado en esta oportunidad por Piercey Dalton, Patricia Bethune y Sharif Atkins.
La cinta está dirigida por Matt Angel y Suzanne Coote. Matt ha dirigido películas y cortometrajes que no han tenido la audiencia necesaria para destacarlo como tal. También ha actuado en diversas series televisivas como en Zack y Cody: gemelos en acción, CSI Miami, CSI NY y Victorious.
Por su parte Suzanne ha participado en el guion de Armadas y peligrosas y posteriormente la dirección de la película en cuestión.
Puertas abiertas fue estrenada hace poco por la cadena Netflix, teniendo fuertes opiniones negativas tanto de la crítica como del público, siendo incluso catalogada como el peor thriller de la productora televisiva y cinematográfica.
Y resulta curioso lo que pasa con este largometraje.
A primera impresión la trama es propensa a sentirnos identificados o establecer una relación con una madre y su hijo que pierden al pilar de la familia, su padre, en un accidente automovilístico. Con la muerte de su esposo, la madre debe tomar medidas económicas cruciales, teniendo que retirarse a la casa de su hermana en las afueras de la ciudad. Una casa lujosa que está en venta, por ende recibe futuros compradores que ingresan y salen de la casa todos los domingos.
Desde esa sensación de inseguridad, logramos hacer una conexión entre la película y el público ¿Cómo te sentirías si invaden tu espacio constantemente un grupo de desconocidos?
La idea de la invasión a tu espacio personal produce escalofríos y da el pie para lo que podría ser un buen thriller. Por otro lado la escenografía acompaña al ambiente hostil, triste, oscuro y misterioso que rodea a la familia de Logan.
Los directores tienen todo para una buena película: buenos actores y actrices reconocidos por diversos rangos de edad en el público, una panorámica envidiable de los bosques estadounidenses y por último una idea concisa de lo que requiere el suspensos de films de esta categoría. ¿En qué fallan?: el guion. La historia se comienza a desvirtuar y carece de conexiones entre por ejemplo, los vecinos que visitan la casa y quien por supuesto, la invade y ataca. Sin un nexo que conecte la historia de Logan y su madre con los alrededores de la casa que habitan, es fácil perder el interés.
Bien sabemos que los thrillers juegan con nuestra mente: estamos esperando en todo momento que algo pase, nos perturban las imágenes repentinas y los sonidos estremecedores. El problema aquí es que esperamos tanto a que algo pasara, que terminamos llegando a los últimos veinte minutos de la película para que algo realmente sucediera cuando ya no hay prácticamente relación entre las acciones, los personajes y la audiencia.
Los últimos veinte minutos logran darnos luces de lo que sucede en la casa. Luego de una hora y media sabemos que está pasando realmente y por mucho que algunas escenas violentas, como la de los dedos o la persecución a Logan están ejecutadas y son visualmente versátiles, es inevitable la sensación de desapego que generó la extensa trama sin sentido, causando indiferencia frente al final de la historia.
Resulta difícil encasillar una película como “mala” por las actuaciones, sobre todo porque destacamos que todas son sumamente profesionales y cada actor y actriz asume su rol y es evidente el intento que hacen para explotar el material dramático de cada personajes, pero la unidimensionalidad de la propuesta no les permite ir más allá a la hora de perfilar sus roles, de sentirnos identificados o sufrir por cada paso que dan, llegando a sentir esa constante sensación de que la trama nunca toma forma.
Finalmente, Puertas abiertas es destacable por el trabajo de dirección que significó para dos jóvenes artistas, quienes evidentemente no tuvieron el apoyo necesario por parte de los guionistas para llevar a la pantalla su idea de thriller moderno.
No es de las peores que haya visto ni tampoco de las peores de Netflix, solo hace falta mayor tiempo en la elaboración del guion por parte de los directores, quienes al ser “primerizos” se les puede perdonar los constantes errores que se ven en 94 minutos de película.
A pesar de no ser una de las mejores producciones de Netflix, te recomendamos que veas y analices la película desde tu punto de vista. Todos sabemos que de errores se aprende.
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