«Star Trek: Sin Límites es un llamado a la emoción, a la conexión con las raíces, es un homenaje a todos aquellos actores, escritores y directores que han sido parte de una historia de 50 años, de éxitos, de fracasos, de alegrías y tristezas, de nuevos amigos que llegan y otros que parten, siendo la representación real de lo que Star Trek siempre ha significado: la unión»
[rating: 3.5/5]
SINOPSIS: El USS Enterprise, la nave insignia de la Flota Estelar capitaneada por James T. Kirk (Chris Pine), vuelve a surcar el universo para asegurarse de la protección de la Tierra y del resto de planetas aliados. Pero la tranquilidad durará poco y el peligro acecha. La primera etapa de su misión les llevará a un territorio desconocido, y su travesía de vigilancia pronto se convertirá en una carrera por la supervivencia espacial cuando se enfrenten a un nuevo y fiero enemigo, Krall (Idris Elba), una especie alienígena avanzada.
Para frenar sus siniestros planes, Kirk deberá reunir a su equipo y usar todo sus recursos para resolver los desafíos a los que se enfrentarán. A la vez que intentan encontrar el modo de volver a la Tierra, su misión será proteger el futuro de la raza humana y preservar la armonía entre especies… Decisiones difíciles, desafíos gigantescos, lazos personales inquebrantables y mucha, mucha acción es lo que nos trae la tercera entrega de la nueva saga de Star Trek.
Para Anton.
RESEÑA: Por fin llega a nuestro país la esperada tercera entrega de la saga de Star Trek, esta vez de la mano del director Justin Lin y con guión de Simon Pegg (Montgomery Scott), la vimos y te contamos todo, sin spoilers y sin verdad absoluta, aquí en tu Canal Favorito.
Se cumplen 50 años de Star Trek, eso de por si es suficiente emoción, sin embargo las circunstancias que rodean esta la tercera entrega de la nueva saga basada en los personajes de Gene Roddenberry son muy especiales. En primera instancia la muerte del legendario Leonard Nimoy, actor que interpretó al lógico vulcano, el Señor Spock, en la serie de televisión e incontables películas, él además había hecho un triunfal regreso en la primera y segunda parte de la nueva saga repitiendo la versión anciana del personaje de Spock interpretado por Zachary Quinto (o mejor dicho la versión de una línea de tiempo paralela), a esto se le debe sumar la reciente muerte en un confuso accidente doméstico de Anton Yelchin, el actor que interpreta a Chekov en esta «nueva línea temporal». Todos estos factores se combinaron para ofrecer quizás la más emocional de las tres nuevas cintas.
Entre un mar, o un universo en este caso, de guiños que hicieron llorar a los fans acérrimos, se encuentra una cinta entretenida, de una factura técnica impecable pero que peca en hoyos no menores en el guión. Algunos planteamientos no se ven bien desarrollados y carecen de la profundidad necesaria, apelando directamente a la nostalgia del fan más que a la pulcritud argumental.
Carente de un villano de real peso, excepto por la buena vuelta de tuercas que arreglaron un poco el panorama, esta cinta desperdicia a un actor de la talla de Idris Elba (Thor: Un Mundo Oscuro, Beast of no Nation), su personaje se siente un tanto banal y superficial. Elba ha demostrado ser un actor con potentes interpretaciones que ha sabido además jugar con distintos géneros cinematográficos, saltando del drama a la ciencia ficción sin problemas y lamenté no haberlo podido apreciar mucho más. También me sucedió lo mismo con el personaje de Jaylah interpretado por Sofia Boutella cuyos motivos e historia sentí truncados, siendo que se veía muy interesante y cuya historia podría haber sido mejor desarrollada.
Pero más allá del análisis técnico, Star Trek: Sin Límites es un llamado a la emoción, a la conexión con las raíces, con aquello que amamos, es un homenaje a todos aquellos actores, escritores y directores que han sido parte de una historia de 50 años, de éxitos, de fracasos, de alegrías y tristezas, de nuevos amigos que llegan y otros que parten, siendo la representación real de lo que Star Trek siempre ha significado: la unión, con diferencias y semejanzas, de todas las razas, credos y pensamientos, por eso, en mi opinión personal es tan importante la escena donde se devela la opción sexual del Señor Sulu (John Cho), una escena hermosamente planteada y que abre las puertas a más integración.
En esta cinta se retoma el espíritu primigenio de la historia: la exploración de lugares distantes y desconocidos y se vuelve a sentir la atmósfera de unión que existe en la Federación. Aquí hay acción a raudales, lo cual la hace una película entretenida y trepidante, pero también sabe detenerse para dar paso a escenas más íntimas, a entender que el legado de George Kirk sigue pesando sobre su hijo James Tiberius (Chris Pine), que la responsabilidad que ha caído en los hombros de Spock (Zachary Quinto) para con su especie casi extinta no es fácil de sobrellevar y para entender ese compañerismo tan hermoso que existe en la tripulación del Enterprise y, en mi humilde opinión, aquí radica el gran éxito del filme, de como su nostalgia y su emoción es capaz de llegar directamente al corazón del espectador, incluso no siendo fanáticos de «Viaje a las Estrellas» y esto es mucho más importante, al momento de sacar cuentas, que los aspectos negativos que el ojo un poco más entrenado puede detectar.
Lin sabe explorar las relaciones entre los personajes, otro de los aspectos mejor logrados. Al ya mencionado duo Kirk-Spock se suma la relación disfuncional pero muy interesante entre Scotty (Simon Pegg) y el Dr. Leonard McCoy (Karl Urban) quienes, en su muy particular estilo, ponen la gota de humor en su justa medida.
Si eres fans de Star Trek sin duda te emocionarás con los homenajes y querrás disfrutar a concho la actuación de Anton Yelchin (debo decir que me corrieron lágrimas con esta despedida en grande de este actor tan joven y que prometía tanto). Si no eres fanático te encontrarás con una cinta entretenida, dinámica, con buenas dosis de acción y buenos efectos especiales, y si eres capaz de dejar de lado los ya mencionados problemas en el guión, podrás vivirla y disfrutarla. Pero como siempre son ustedes, mis estimados freaks, quienes tienen la última palabra.
Muy buena.
Erika Moreno I.
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