Nombre: Tomb Raider – Las aventuras de Lara Croft
Director: Roar Uthaug
Música: Junkie KL
Guionistas: Geneva Robertson-Dworet, Alastair Siddons (Personaje: Toby Gard)
Reparto: Alicia Vikander, Daniel Wu, Dominic West, Walton Goggins, Kristin Scott Thomas, Alexandre Willaume, Adrian Collins, Hannah John-Kamen y Nick Frost
Sinopsis: Lara Croft, la independiente hija de un excéntrico aventurero que desapareció cuando ella era apenas una adolescente, se ha convertido en una joven de 21 años sin ningún propósito en la vida. Se abre paso por las caóticas calles del East London, el barrio de moda, como mensajera en bicicleta, un trabajo que apenas le da para pagar el alquiler. Decidida a forjar su propio camino, se niega a tomar las riendas del imperio empresarial de su padre, con la misma firmeza que se niega a reconocer que él se ha ido para siempre. Un día Lara decide dejar atrás todo e ir en busca del último paradero conocido de su padre: una legendaria tumba en una isla mítica que podría estar en algún lugar de la costa de Japón…
Reseña:
Si tengo que definir esta nueva película de Tomb Raider es: ajustada a su tiempo, porque esa es la impresión que me da. En su momento, decir el nombre Lara Croft, era el sinónimo de un símbolo sexual. ¿Cómo no? Era conocida como una mujer con ropa muy ajustada que con enormes pistolas salía a buscar aventuras. En cambio aquí, nos presentan a una protagonista más actual. Pero que sin embargo mantiene su escencia de aventurera.
Por supuesto también cuando me senté en mi butaca recordé algo, al igual que con el anime, las representaciones live-action de los videojuegos han sido… accidentadas. Hay algunas que resultan, pero generalmente con reacciones bien divididas. En este caso yo terminé bien complacida con la película, que me gustó mucho más que las versiones anteriores.
Lara Croft posee un impacto muy grande en la cultura popular desde el año en que irrumpió hace unas dos décadas, incluso quienes no hayan incursionado en el mundo de los videojuegos saben de quién estamos hablando. Y no es para menos. Lara Croft es uno de los primeros personajes femeninos que trascienden en la cultura pop en lo que a videojuegos se refiere, considerando que era una industria donde, hasta ese momento, solo había héroes hombres.
Lo sexy que era el personaje fue lo que se recreó para las películas Lara Croft: Tomb Raider y Tomb Raider: La Cuna de la Vida, ambas con Angelina Jolie como protagonista. Si bien no les fue bien en crítica, puedo decirles que si eran disfrutables, sobre todo por lo excéntrico que resultaba el personaje de Jolie, explorando y entrenando simplemente porque podía hacerlo. Aquí vamos a ser testigos de una historia de inicio del personaje.
Si bien Jolie poseía las curvas y la actitud, en este caso la ganadora del Oscar Alicia Vikander posee la inocencia y las posteriores experiencias que la endurecen a través de la película, por lo que se ve una evolución en su personaje. Sabes que se trata de una Lara diferente desde el minuto uno de película.
Lara Croft en esta ocasión no es la multimillonaria que se colgaba de su mansión para entrenar, sino que es una joven que busca ganar dinero para sobrevivir y aún no se repone de la muerte de su padre. En la cinta podemos ser testigos de escenas en que la vemos vulnerable y por lo tanto es más sencillo identificarse y congeniar con ella. Es una mujer además que está ampliamente entrenada, se nota que sabe lo que está haciendo a cada momento.
El padre de Lara, Lord Richard Croft se perdió cuando ella era solo una adolescente en un viaje hacia las costas de Japón, en medio de una investigación de la tumba de una princesa que poseía una maldición. Lara se desentiende de todo y comienza a vivir por su cuenta, rehusándose a recibir dinero de su muy vasta fortuna, ya como adulta es que por otros motivos debe ir al mismo lugar donde se tuvo la última pista de su padre. Un Croft no puede evitar su curiosidad, ni sus ganas de vivir una aventura.
Sin duda lo mejor de la película es Alicia Vikander, porque su presencia es magnética, es tan buena actriz que lo que sea que haga conviene seguirlo a ojos cerrados. Ella brilla en esta película, no solo entregándonos a una Lara que se arriesga y pega sus golpes, sino que también la vemos emocionarse cuando resuelve un misterio. También la vemos en su día a día intentando sobrevivir, permitiéndonos ser testigos de cuan triste y devastada quedó después de la desaparición de su padre. Son justamente esas cosas las que la hacen crecer como personaje al final de la película. La misma Alicia Vikander habría revelado en una entrevista: “las películas anteriores tenían una visión muy distinta a lo que hacía poderosa a una mujer (…), mis pechos no serán tan puntiagudos como los de la Lara original, pero tenía claro cómo la quería interpretar”. Lo que más me encantó de la interpretación de Alicia es que muestra a una mujer que en el fondo está buscando su lugar en el mundo, no muy lejano de lo que todos hacemos hasta cierto punto de nuestras vidas.
Roar Uthaug, director de la película, ya lo habíamos conocido en el 2015 con “La Última Ola”. En este trabajo da un tinte de acción muy ruda a la cinta, lo cual hace que incluso los momentos más sentimentales no se vivan por completo. Eso no quita que sea una buena película y que funcione como reinicio de la franquicia e historia de origen. Te deja con ganas de más Lara Croft y tengo la fe de que este es solo el comienzo de muchas aventuras más para ella en la gran pantalla.
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