“El corazón de una historia grande siempre está en las historias individuales”
Una serie de cómics tiene el tiempo para explorar con más detalle a sus personajes, y eso le vino increíble a Transformers; aunque, por supuesto, no sale siempre bien.
Voy a ordenar este especial por grupos, para darle un sentido concreto.
Los que no eran conocidos
Algo que hizo muy bien este universo fue explorar personajes sin trasfondo. Swerve, los Scavengers, Tailgate, son buenos ejemplos de ello. Tienen personalidad, viven historias entretenidas, y además se volvieron parte de los preferidos de los fans por ser incorrectos o falibles. Por desgracia, Swerve se quedó historia y la de Tailgate se volvió absurda y melodramática entre el final de la segunda temporada y Lost light.
Los originales de los cómics
Esta libertad creativa permitió que tuviéramos personajes que no se inspiraban en los de otras continuidades ni en juguetes. Algunos de ellos terminaron saltando de las páginas al plástico debido a su buen impacto en el público. Nautica, Rung, Nickel o la división de justicia, son creaciones propias, y contribuyeron a hacer más rico este universo.
La división de justicia se quedó sin historia tras el arco de duplicación; desde ahí hasta que Megatron los mata no hacen nada, pero no puedo negar que lo hicieron bien hasta ese punto.
Nautica fue un buen personaje que también se quedó sin historia; luego de la muerte de Skids su esencia se desdibujó.
Rung es el mejor de todos los originales; un psicólogo que estuvo siempre en el fondo, ganando protagonismo poco a poco. Al final se convirtió en piedra angular de una parte del final.
Los equipos
Los grupos temáticos siempre han llamado la atención en los figuras y en la ficción. Aquí, el trabajo fue distinto y con resultados muy diferentes.
Los Dinobots empezaron como un grupo de outsiders, integrándose a la revolución más por circunstancias que por principios; luego, el haberse convertido en una fuerza de choque en la guerra y los crímenes que cometieron los transformaron en una fuerza peligrosa para todos. Con separación de Grimlock el grupo siguió marcando una estela de violencia, redimiéndose sobre el final en un resultado agridulce.
Los Wreckers eran otra fuerza de choque, pero en un formato más «institucional” que el grupo anterior. Vivieron la mejor historia de este universo, y luego, al estar disgregados, surgieron los dolores y traumas. Su ciclo pudo terminar con esperanza.
La división de justicia surgió como un buen equipo de villanos secundarios, pero lucían mejor sin tanto desarrollo. Luego, fue agradable que los hicieran desaparecer.
Los constructicons son un caso triste. El grupo que forma el combiner más famoso de todos estuvo en mil batallas, pero llegado cierto punto se convirtieron en un instrumento y terminaron muriendo sin pompa.
Ahora toca hablar de los secundarios importantes
Este universo siempre fue sostenido por un grupo concreto de personajes, que permitieron que la historia avanzara, o tomara determinado curso.
Ironhide es el segundo al mando en batalla, el tanque con buenos sentimientos y muy terco; el personaje que entrenó a Orión, que enfrentó a Devastator, y que murió por defender el ideal de la paz duradera.
Ratchet fue el paradigma de un personaje que no es guerrero, que demuestra sus capacidades en los momentos más extremos; es de los pocos personajes que han enfrentado a dos Phase sixers y vivido para contarlo, y con su mal genio puso a más de uno en su lugar.
Ultra magnus tuvo siempre un papel algo conflictivo, al ser primero un oficial de justicia. Pero luego cobró su importancia real haciéndose cargo de la imposible tarea de lidiar con su tripulación.
Jazz es uno de los mejores personajes de este universo. Icono de la esperanza, vivió sus mejores años en los cómics iniciales, siendo injustamente maltratado después.
Soundwave fue siempre un personaje misterioso, que poco a poco se ganó el respeto de todos demostrando que el ideal original de su bando era mucho más de lo que parecía.
Thundercracker es la muestra perfecta de cómo un personaje luchador genérico puede evolucionar hasta límites insospechados. Junto a su amada Buster conquistó a muchos, y ayudó a salvar la tierra y al universo en más de una ocasión.
Arcee tuvo un inicio trágico, una historia de violencia, y finalmente demostró que el cambio, algo inherente a los transformers, era realmente posible; dejando de lado la absurda sub trama de ser hermana de Galvatron, tuvo una gran evolución y consiguió redimirse y encontrar su lugar en la historia.
Trypticon, Metroplex y Omega Supreme. El vigilante y los dos titanes estuvieron desde siempre, y fue gracias a ellos que muchas de las hazañas se lograron.
Es el turno de los villanos
Shockwave es un caso trágico, en el que se convirtió en víctima de sus propios planes; su odisea por controlar o erradicar todo causó incontables muertes y lo destruyó a él mismo.
Starscream es un villano ejemplo de cómo la ambición puede destruir; de tratar de usurpar el trono de Megatron pasó a querer gobernar Cybertron, y cuando lo logró, se convirtió en víctima de sus propias intrigas, que con el tiempo lo acorralaron hasta obligarlo a sacrificarse para demostrar que era un héroe.
Nova Prime y Galvatron son villanos antiguos, que representan la destrucción de eras pasadas y la ambición desmedida. Ninguno de los dos quiso enmendar el camino.
Prowl debería haber sido un héroe, pero su obsesión por el control lo llevó a matar y traicionar todo lo que se suponía representaba, llegando a poner en riesgo a la mitad de Cybertron.
Overlord fue un enemigo formidable, que a base de sadismos y una insana obsesión por Megatron consiguió hacerse un lugar en el podio de los más odiados.
Spike apareció como el arquetipo del héroe militar humano, pero su no muy disimulada rabia contra los Transformers lo llevó a causar incontables conflictos, muertes y consecuencias, que perjudicaron tanto a extraños como a propios.
Bludgeon siempre fue un enemigo misterioso que tenía una agenda propia, y con el paso del tiempo y sus sucesivas no muertes, terminó convertido en un heraldo de la destrucción sin alma.
Ahora, pasemos a los líderes
Bee siempre fue un muy buen secundario, que tuvo que asumir sin querer un liderazgo en Ongoing y luego la titánica tarea de gobernar Cybertron, tarea que casi acabó con su vida.
Windblade tuvo que cargar con muchas responsabilidades, y poco a poco asumió un rol de control que, aunque no quería, pudo ejercer con dignidad.
Marissa se llevó al hombro la representación de la raza humana y ser un enlace entre dos mundos. A punta de talento y determinación demostró que era posible convivir entre todos.
Rod vivió un largo camino hasta convertirse en capitán de la lost light, y otro casi igual de largo para convertirse en un verdadero líder, pero cuando entendió que no se trataba de él, fue que realmente lo logró.
Optimus y Megatron
Los íconos del liderazgo representaron una vez el mismo ideal, pero la guerra se sobrevino y sus caminos quedaron enfrentados; pelearon mil veces, estuvieron a punto de matarse en muchas ocasiones, y terminaron salvando el mundo en Primacy, Stormbringer, Dark Cybertron, para concluir salvando al universo. Ambos se desdibujaron en sus cargos, y eso los llevó a rutas muy diferentes; mientras Megatron encontró el modo de alcanzarse a sí mismo, Optimus nunca pudo hacerlo, quedando como un recuerdo perenne tras su muerte.
Los que no pudieron ser
Nunca es todo bueno en un universo; no voy a mencionar a todos los personajes desperdiciados, pero al menos quiero hacer una lista de los que pudieron ser y no fueron. Cliffjumper, los Throttlebots, los Coneheads , los habitantes de Eukaris y Velocitron, Hot spot, los Predacons. Todos tuvieron un chispazo de atención, pero la historia se los llevó por delante.
Y para el final, los peores
Las Torch bearers eran una buena idea, y en particular el concepto de Pyra magna como una especie de candidata natural a Prime era interesante, pero se convirtió en una presencia odiosa.
Slide es el peor personaje de este universo, y además es odiable. Su trama inicial de perder a su sparkmate era muy interesante, pero a partir de ahí se dedicó a intentar repartir un discurso moral impracticable, y que puso en riesgo muchas veces a los otros; el discurso anti belicista no tiene lugar cuando todo está volando por los aires y todos están luchando por el futuro.
En la próxima entrega les hablaré de ciertos juguetes muy importantes para esta continuidad.
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