Esta historia comienza por todo lo alto, diciéndonos que los decepticons han ganado, y que la Tierra está a centímetros de ser tomada por estos alienígenas.
Como siempre, el contexto es importante para que puedan comprender lo que está pasando: todo estalla en pedazos en la ciudad de New york cuando los constructicons y los seekers aparecen en plena calle, cambiando a modo robot a vista y paciencia de los transeúntes. Las cosas han cambiado para siempre, y la dinámica de mantenerse ocultos bajo un disfraz ha quedado en el olvido; Megatron, como un heraldo de la destrucción, aparece en el campo de una incipiente batalla, y usando el inmenso poder de su cañón de fusión, derriba un edificio completo, como muestra del poderío que ostenta.
Las fuerzas armadas son alertadas del peligro que se ha desatado, y envían cazas a derribar lo que ven como máquinas no identificadas, pero cuando están más cerca, descubren con horror que estas máquinas no sólo no tienen piloto, sino que además de transformarse, tienen inteligencia y capacidad propia; son aliens, son transformers.
En New York las cosas están ardiendo, y el coronel Andy Reid rescata a algunas personas y reúne a un grupo de supervivientes de la catástrofe, intentando guiarlos hacia un lugar seguro, sin siquiera saber lo que está pasando; paralelamente, el destacado coronel Witwicky es llamado por la Cia ante una situación de tan extrema naturaleza.
Las fuerzas armadas se han desplegado por la ciudad, y están a punto de iniciar acción de guerra, inclusive si hay humanos de por medio, los que sin duda, están ahí. La Cia explica que el asunto de la Machination no parece haber quedado en el pasado como supuestamente fue en su momento, y para empeorar las cosas, un grupo armado de avanzada y reconocimiento es aniquilado por completo.
¿Qué es lo que quieren estos alienígenas?
En principio, caos y destrucción como puede verse, pero de un modo más especifico, mostrar qué tan lejos pueden llegar; asesinar a ese grupo de soldados es enviar un mensaje, así como lo es bombardear los puentes repletos de automóviles que intentan huir del sitio del desastre. Y, cuando nada parece ir peor, los constructicons demuestran un nuevo nivel de poder, combinándose en el arrasador Devastator.
Con la ciudad devastada y más de doscientos mil muertos, el coronel Witwicky junto a Hawke se trasladan a terreno, intentando reunir la mayor cantidad de información y buscando un modo de prepararse para lo que viene; por supuesto, no tardan en llegar más malas noticias, pues se descubre que el presidente y su círculo cercano se encuentran entre los fallecidos, lo que significa que por el momento, el país está sin una dirección central, y es invadido por un grupo de seres implacables, que con muy poco tiempo a la vista han causado un desastre sin precedentes. Con los puentes cortados y los túneles invadidos por unidades alienígenas, las personas comunes aparecen como hormigas.
En este momento, es pertinente plantear, en caracteres llamativos, una pregunta que sin duda ha estado dando vueltas desde el principio.
¿Dónde están los autobots?
Hasta el momento, había sido costumbre que Optimus y los suyos estuvieran listos para actuar, pero ahora no solo no dan señales, sino que el propio Megatron anima a sus tropas indicando que toda resistencia ha caído.
Y, en efecto, así es.
Un grupo de autobots encabezados por Jazz, y que incluye a Prowl, Ironhide, Sunstreaker, Cliffjumper, Sideswipe, y Bee entre otros están recluidos en Cybertron, el planeta muerto del que provienen, y que en la actualidad es tierra de nadie. Resulta ser que los bots han sido derrotados por completo, ya que los con atacaron con todo, y manteniendo en su poder aquello que les dio el triunfo: información; alguien al interior del grupo los traicionó, pero no saben quién, y como si todo esto no fuera suficiente, están en un lugar que se ha convertido en un páramo desolado donde ni siquiera hay energon suficiente.
De vuelta en la tierra y luego de la violenta entrada de Astrotrain en los túneles, el coronel Reid muere, dejando al grupo sobreviviente a cargo de Bridge, quien intenta llenar el espacio y cargo dejado por su salvador, con la inestimable ayuda y empuje moral de Sarah, quien está velando por todos esos inocentes que no pueden hacerlo por sí mismos.
En tanto, el coronel Witwicky se ve en la obligación de tomar medidas desesperadas; llama a un equipo especializado, que tendrá la misión de infiltrarse en el área con, con el objetivo de atacar a Megatron y desestabilizar el grupo. Este equipo experto en misiones imposibles está dirigido nada menos que por Spike Witwicky, hijo del coronel y el más apto para esa tarea; por desgracia, el grupo es emboscado en el río mientras intentaban llegar a destino por Ratbat, sin que queden sobrevivientes.
Mientras esto sucede, Bee y Wheeljack se encuentran con Hot rod en una misión de búsqueda de energía; superada la sorpresa inicial, este les cuenta que el crucero Trion en donde él y el equipo de Kup se desplazaba fue interceptado por tres naves ‘con, ante las que no tuvieron oportunidad, sin embargo de lo cual pudieron escapar con vida. Si bien podría parecer una buena noticia que se reúnan dos grupos, lo cierto es que siguen sin nave, sin energon, sin comunicaciones y sin saber qué ha sido de otros autobots a lo largo del sistema.
Como si todo lo anterior fuera poco, en una reunión privada entre Kup y Jazz, ambos conocedores de cierta verdad oculta a los ojos de los demás, queda en evidencia que Optimus no solo está en riesgo vital, sino que la matrix en su pecho fue arrancada por Megatron, quien la tiene en su poder como un trofeo que simboliza su triunfo.
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Nos leemos en pocos días en el siguiente capítulo: Spotlight Jazz
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