» Vacío y culpa ¿Qué sentimiento puede ser más destructivo?»
Spotlight Sixshot
Sixshot es uno de los phase sixers; como tal, es el arma de destrucción definitiva, creado por orden de Megatron y con una misión muy específica: causar la devastación. Como es de suponer, alguien con un poder tan extremo tiene un evidente problema de socialización, lo que significa que se sabe solo, pero más importante que eso, siente que hay algo que le hace falta, pero no sabe qué. Con poco que hacer mientras espera órdenes de Megatron, nuestro protagonista tiene tiempo para divagar y preguntarse cuestiones varias como el motivo de su existencia, el destino final que debe cumplir y cosas por el estilo.
No por ser un decepticon significa que no tiene nada que hacer excepto causar destrozos.
Sin embargo, son los destrozos los que siempre llaman a la puerta; hasta el momento, los únicos con los que se ha sentido en su ambiente, sin que lo observen con miedo por su enorme capacidad destructiva han desaparecido, y algo le dice que en esa desaparición puede haber algo interesante en lo que ocuparse. Los Terrorcons son algo cercano a camaradas, y aunque los códigos de ética de este robot no son los mismos que en el resto, su desaparición es un desafío, y Sixshot no los evade.
La búsqueda lo lleva a Mumu oscura, un lejano planeta donde el equipo fue a controlar, pero de donde nunca salieron; Sixshot viaja decidido a obtener respuestas, pero se encuentra con un cuerpo celeste que se asemeja al mismo infierno, dominado por un grupo de seres autodenominados Segadores, máquinas de matar en toda regla, que más que querer destruirlo, planean conseguir que se una a ellos.
Sorprendido del inmenso poder que tienen, Sixshot no tiene más remedio que entablar una amigable charla, de la que obtendrá una interesante información: Los Segadores no buscan causar guerras, sino terminar con cada foco de ellas, destruyendo todo desde los cimientos, algo así como el plan de Dios pero de forma más metódica y tomándolo como un camino en el que darán un paso a la vez. Algo en el interior de nuestro mordaz protagonista le dice que eso podría ser un objetivo, pero el símbolo que lleva y la causa a la que representa siguen siendo algo que lo identifica, por lo que declina la invitación a unirse, pero aún le queda decidir sobre el destino de los Terrorcons.
Spotlight Hot rod
¿Recuerdan al Hot rod durante la trilogía de Autocracy, ese que enfrentaba a Orion en un duelo moral, el que luchaba con la culpa, el que se arrojaba valeroso en la última línea de defensa ante el ataque de los decepticons?
¿Lo recuerdan?
Pues olvídense de él, por que ahora estamos viendo a un Rod que es capaz de lanzarse de cabeza contra una atmósfera en llamas, sólo para demostrar que puede hacerlo, y disfrutar como un loco en el trayecto. Egoísta, poco empático y tontamente arriesgado, el bot del diseño rojo con las llamas es alguien digno de ver, pero no de seguir.
En esta historia individual lo vemos infiltrarse en un planetoide controlado por los cons, con el objetivo de cumplir una misión de importancia fundamental, pero que al mismo tiempo esconde un lado más frágil que el rojo se esfuerza por ocultar: siente culpa.
Mientras se interna en el centro decepticon, una misión antigua aparece en su memoria, una en el lejano Ki-aleta donde sus compañeros eran Gizmo, Download, Backbeat, y Dealer y el objetivo era nada menos que robar la Magnificencia, un aparato ancestral protegido por los guardianes Omega, y que tiene una capacidad que resulta vital para la guerra.
¿Y qué es la Magnificencia?
Se trata de un oráculo místico capaz de entregar información de casi cualquier cosa, lo que significa que si los decepticons la toman, se harán con el control de cualquier reserva de energía, ganando una importante ventaja táctica.
Volviendo al presente, Rod consigue infiltrarse de forma exitosa, y la misión actual se conecta con la anterior en un punto crítico, y se trata del fracaso absoluto de nuestro protagonista, porque cuando fueron detectados y sus compañeros comenzaron a morir uno a uno, la orden específica del líder del equipo era tomar un camino alterno y proteger el valioso artefacto a cualquier precio. En el presente, la arriesgada y casi suicida misión de Rod es rescatar a un cautivo Dealer, único sobreviviente de aquel desastre además de él, y que ha estado encarcelado todo este tiempo.
Después de rescatar a su ex colega y asegurarse de que esté bien, nuestro protagonista piensa que ha podido expiar parte de sus culpas, sin sospechar que alguien dentro de toda esa historia ha estado manipulando la verdad desde un principio.
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Nos leemos en pocos días en el siguiente capítulo: Consecuencias. Parte 4
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