Mientras todo en la tierra se ha vuelto un desastre por culpa de Optimus y Megatron, en el espacio nos encontramos con Rodimus, que como recordarán fue acribillado por el líder ‘con hace poco. Pues, duro como es, el flameado cae en la superficie del mismo planeta en donde quedó abandonado Wheelie hace milenios y es tomado por la fuerza por los sobrevivientes de otra nave estrellada en aquel recóndito lugar, quienes están liderados por un tipo que se autonombró líder y pretendió salir del planeta huyendo del conflicto y causando caos a su alrededor.
La paradoja le pega en la cara a Rodimus.
Después de ser medio rescatado por el pequeño, que tiene frito el cerebro por todo lo que ha sucedido, Rodimus consigue la ayuda de Garnak, uno de los secuaces obligados de los secuestradores y decide que es momento de unirse y salir de ese infernal confín del universo; dado que tienen una nave pero no energía, optan por el mismo plan que el líder del grupo tenía: conectar los motores a la matrix, que por cierto quedó adherida al pecho del flameado tras el disparo de Megatron.
Aunque suene insólito, el plan funciona, excepto que el grupo termina en Cybertron en vez de en la tierra, ya que Rodimus pierde el conocimiento una vez desarrollado el proceso; Wheelie retira quirúrgicamente la matrix de su pecho y da cuenta de que esta se está «apagando» por lo que no puede volver a usarla para salir del planeta.
Por supuesto, este grupo se encuentra con Ironhice y Sunstreaker, quien ahora trae a Bob consigo; pero no hay tiempo para los saludos porque los Sweeps de Galvatron los encuentran. Sin más opciones, el nuevo equipo consigue escapar del planeta, por milímetros.
Una vez que el grupo llega a la tierra, Optimus y Rodimus se ponen al día y deciden partir a Cybertron junto a casi todos los bots presentes, lo que deja a Bee aislado y con su frágil liderazgo destartalado; es cierto que el nunca pidió ni quiso liderar, pero una vez que pierde eso por causa de los acontecimientos, se queda en una posición muy difícil. En cualquier caso, el grupo mayor sale en misión y se llevar a Megatron cautivo al interior de Omega, lo que da lugar a una serie de conflictos que no son armados pero que tienen el potencial de destruir todo alrededor.
En principio, tenemos la visita de Xaaron, emisario del concilio intergaláctico, quien debate acerca del destino que debe tener el líder ‘con; la opinión generalizada es que debe ser sometido a un juicio por parte de un jurado neutral, ya que los autobots están demasiado involucrados como para tener un punto de vista desapasionado. Optimus en tanto, no está seguro de qué es lo que se debe hacer, y procura tener espacio para hablar con su archirival a solas, lo que da origen a lo que se conoce como “la mejor conversación de la historia” que no es otra cosa que una recopilación de momentos en los cuales ambos se enfrentaron a través de las centurias en la guerra por Cybertron.
Independiente de esa conversación, ambos se encaran y recriminan, Optimus diciendo que Megatron pasó de ser un luchador por la libertad a un tirano, Megatron diciendo que Optimus es quien es gracias a él, y que está atrapado en ese ciclo porque necesita hacerlo. En realidad, Optimus duda de su propia capacidad de decisión, ya que no sabe si puede tomar las decisiones libres de pasión que debe, y tampoco está seguro de sus objetivos.
También tenemos una retrospectiva a la vida de ambos antes de la guerra, Orion como policía y Megatron como minero; la primera vez que se encuentran, cuando el primero saca de la cárcel al segundo por confiar en su manifiesto en favor de la igualdad; la oportunidad en que todo el equipo de Orion es asesinado; sus pasos violentos pero justificados hacia el senado, y la forma en que los confronta, dándose por enterado de que son una elite que impone por la fuerza sus decisiones para conseguir mantener sus privilegios. Al final, las historias de ambos siempre han estado conectadas, y no parece haber una fórmula que decida cómo resolver ese conflicto.
Como corolario, finalmente el cohete de Omega llega a su destino, el planeta que ha conseguido comenzar a restaurarse; en él, Optimus y los demás se encuentran con Galvatron, quien repite que está reuniendo un ejeécito para enfrentar algo, lo que lo lleva a exhortar a los bots a unírsele como subordinados. Por supuesto, estos se niegan, lo que desata una corta pero intensa batalla, que es solo el preludio de algo peor.
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Nos leemos en pocos días en el siguiente capítulo: Enemigos disfrazados 45
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