“Si quieres que una mentira sea convincente, repítela.
Repítela tantas veces, hasta que que termines creyendo que es real.”
Esta nota contiene spoilers moderados del desarrollo de Wonder woman y del universo DC rebirth, y comprende desde el número 09 al 12 de Wonder woman.
Como comenté en el primer análisis de las aventuras de la princesa amazona, en esta era podemos ver al mismo tiempo su llegada a nuestro mundo y los acontecimientos actuales; nunca antes habíamos visto que la verdad y las mentiras estuvieran tan relacionadas, y ahora que Diana ha vencido a Urzkartaga, la línea entre ambos lados es difusa, casi invisible.
Como se mencionó con anterioridad, Diana logró rescatar a Bárbara de la maldición que la había convertido en Cheetah, pero este triunfo tiene una carga histórica importante; regresamos a la infancia de Bárbara, una chica solitaria, con una madre muerta y un padre ausente, que se refugia en el estudio de las lenguas, la historia y algo de la mitología. Con el tiempo, se convertiría en la hábil investigadora histórica y experta en lenguas, una mujer convencida de poder dar con el paradero de las amazonas; sus investigaciones la llevan lejos, lo suficiente como para descubrir la marca de un árbol hecho de oscuridad ¿Llegó ahí por causa de su búsqueda o alguien la guió?
De vuelta en el presente, Steve presenta el informe de su más reciente misión a su superior Sasha Bordeaux, pero ignora por completo que tras ella hay una misteriosa organización que ha seguido sus pasos y los de la princesa.
Mientras Etta intenta encontrar un método para ayudar a Diana a localizar su hogar, la princesa se toma un respiro para reunirse con Steve, con quien tiene una conversación pendiente desde tiempo atrás; algo los hizo separarse en el pasado, pero a pesar de la distancia y los años, lo que sienten el uno por el otro no ha cambiado: entre ellos hay algo más poderoso que una simple atracción, y más complejo que un amor común.
De vuelta en el pasado, y es muy importante seguir esta parte de la historia de este modo, la recién llegada Diana sale a conocer el mundo en compañía de Steve, Etta y Barbara; tiene la posibilidad de ver la sociedad común, de sorprenderse y maravillarse, mientras demuestra que posee una enorme capacidad de aprendizaje. Todo cambia por completo cuando un grupo de terroristas irrumpe en el centro comercial donde el grupo intenta distenderse, lo que obliga a Steve a entrar en acción y hacer todo lo posible para evitar una tragedia mayor; es aquí donde Diana, sin entender del todo lo que ocurre en nuestro mundo, entiende lo suficiente como para ver que hacer la guerra en un entorno como ese es incorrecto, y hace uso por primera vez de los dones que le han sido otorgados.
Aquí nace Wonder woman.
Después de un impresionante despliegue de habilidades, Diana salva el día, sólo para encontrarse con que los terroristas tienen la marca del Grupo marchito, que no es otra cosa que un árbol oscuro, un símbolo que nuestra princesa ya ha visto antes.
Otra vez en el presente, todo se desencadena por dos frentes de forma simultánea: Etta descubre que Sasha no es más que un androide al servicio de Veronica Cale, quien se ha apoderado de la cápsula que contiene a Urzkartaga y se dispone a matarla. Por otro lado, Diana encuentra un camino a la isla, pero una vez ahí, descubre que no solo todo es distinto, sino que la mordedura de serpiente que sufrió cuando Steve aún no llegaba a Themyscira ha hecho efecto en ella, nublando por completo su visión y sumiéndola en un estado de locura. La amazona siente que ha sido engañada durante todo el tiempo, y que jamás ha estado realmente en su hogar.
Para coronar la seguidilla de desastres que estamos conociendo, en el pasado Bárbara le dice a Diana que teme que el grupo de terroristas no sean lo que parecen: han sido afectados por una especie de toxina que perjudica su organismo, nublando su visión y empujándolos hacia la violencia; sin embargo, las conjeturas relacionadas con el símbolo del árbol oscuro quedan de lado cuando las oficinas en las que se encuentran vuelan en pedazos por obra de un inesperado visitante.
Es curioso ver cómo la colorimetría usada en estos números juega un papel fundamental a la hora de transmitir un mensaje al lector; poco a poco el arco de inicio se ha trasladado a nuestro mundo, no en términos puramente físicos, sino que también en lo que a emociones se refiere. Los personajes son más jóvenes desde luego, pero a medida que avanzamos, vemos en la violencia e incluso en la superficialidad el brutal contaste con los colores vibrantes que abundan en la isla de las amazonas; por otro lado, el arco del presente sigue con sus tonos oscuros y texturas desgastadas, pero se reserva un espacio de calidez y color para la hermosa secuencia en donde Steve y Diana tienen una conversación acerca del tiempo y el amor.
En el apartado técnico, poco más que agregar sobre el trabajo de Rucka, quien trabaja alternadamente con Sharp, Liam Martin, Fajardo Jr y Scott; hay algunas discordancias menores en cuanto a estilo de dibujo, como es de esperar, pero por suerte el trabajo está guiado por un objetivo muy claro, que se devela capítulo a capítulo.
Nos leeremos muy pronto en la siguiente parte de este análisis: Nadie en quien confiar
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